El acero inoxidable es uno de los materiales que ha traido consigo el diseño contemporáneo y la tecnología, se ve mucho en electrodomésticos, y cocinas, pero también en piezas de nuestro mobiliario como mesas y sillas.
Se trata de un material muy resistente, que necesita pocos cuidados y con una gran durabilidad, pero aunque a veces se nos pase, también necesita sus cuidados, por ejemplo una limpieza adecuada que evite la acumulación de cal , las manchas o marcas y que le devuelva su brillo característico para que mantenga toda su capacidad decorativa.
Cuando limpiamos al tratarse de un material poroso retiene como os decíamos cal y restos de detergente que dejan marcas en nuestras piezas, por eso es necesario que después de limpiar cojamos un paño seco y suave (de esos que no dejan pelusa) o unas toallitas secas que quiten esos restos, incluso hay productos especiales para ello en las tiendas especializadas.
Además a la hora de elegir un producto de limpieza, nunca utilices detergentes abrasivos para limpiar el acero, puesto que a pesar de limpiar sus restos después conseguirías quitarle el brillo. Lo mejor es usar detergentes suaves y luego repasar con paños secos como os he dicho para eliminar los restos que quedan aislados en los poros.
Otro problema usual que solemos tener los que tenemos superficies de acero inoxidable en casa son los arañazos, que además se notan mucho en este material, arreglarlos es imposible pero sí que los podemos disimular muy bien y hacer que pasen desapercibidos para cualquiera, para ello sólo tienes que:
- hacer una mezcla en un almirez de ceniza y aceite (vale de papel, de puro, de cigarrillo,...)
- luego cuando quede una pasta homogénea colócala sobre el defecto
- estiéndela haciendo que cubra toda esa superficie
- déjala actuar durante unos minutos
- y después retírala con un algodón
Verás que además de aportarle brillo el arañazo queda totalmente disimulado.
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