En verano, la presencia de la mosca de la fruta es muy habitual en la cocina. Realmente, estos insectos no son peligrosos, pero no es nada agradable verlas revolotear por la cocina.
Con el calor, la fruta madura muy rápidamente, y el dulzor y la humedad atraen a estos insectos que buscan alimento. Y al igual que la fruta madura rápidamente, las moscas crecen también el doble de rápido. De hecho, a los 22ºC, estos insectos pueden poner cientos de huevos.
La mayor parte de las veces, estas moscas llegan ya en las bolsas de la fruta que compramos, en forma de huevos o de larvas. Suelen estar en productos como los tomates o los calabacines ligeramente dañados. Esas larvas crecen, se transforman en adultos, se aparean, ponen nuevos huevos, y el ciclo se completa.
Para evitar que estos insectos invadan tu cocina, es importante enjuagar y secar bien las frutas y verduras, además de limpiar el interior de los cubos de basura, asegurándote de que no hay residuos de comida pegados en el interior.
También puedes colocar cebollas con clavo de olor cerca de donde guardas las frutas y las verduras.
También puedes poner unas ramas de canela colocadas en el frutero para alejar tanto a moscas como a mosquitos, debiendo renovarlas de forma periódica.
Si a pesar de estos consejos las moscas se desarrollan, en el mercado hay pequeñas trampas para insectos en las que se ponen cosas muy dulces, como por ejemplo, cerveza o granadina. O también puedes preparar tu propia trampa casera, poniendo en un vaso vinagre de sidra con detergente de lavavajillas.
Fotografías | Karolina Kaboompics para Pexels, Azerbaijan_stockers en Freepik
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