Mesas de forja y baldosa hidráulica recuperada

Mesas de forja y baldosa hidráulica recuperada
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Cuando Benedicte Bodard se mudó a vivir a Barcelona, hace ya nueve años, se sorprendió de que los contenedores de obra estuvieran llenos de preciosas baldosas hidráulicas, así que se puso a investigar y enseguida aprendió algo de su historia y cómo estaban fabricadas. De esta manera descubrió que este tipo de baldosa es utilizado tradicionalmente en las zonas urbanas del Mediterráneo, según una técnica artesana introducida originalmente por los árabes pero mejorada en el siglo XIX, época en la que alcanzó su máximo esplendor con el modernismo catalán.

La baldosa hidráulica se llama así porque se fabrica una a una por prensado hidráulico, sin cocción. Está formada por tres capas de mortero de cemento, de distinta dosificación, que se tienden sobre un molde de acero. La capa superior es la que tiene el dibujo, habitualmente inspirado en alfombras y tapices, realizado con colorantes a base de óxidos de hierro y plasmado con la ayuda de una plantilla llamada trepa.

mesa bonita

Tanta riqueza artesanal no podía dejarse tirada así que Benedicte empezó a llenar su casa de baldosas recuperadas. Hasta que llegó el momento decisivo: deshacerse de ellas o pensar en darles una utilidad. De este modo nació Mesa Bonita y con ella sus productos: salvamanteles, arte para colgar, pedestales o mesas de forja y baldosas hidráulicas recuperadas.

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Todo el proceso lo realizan Benedicte y su marido, Robin Willis, igualmente a mano, respetando los orígenes de las piezas. La verdad es que, teniendo en cuenta esto y que son obras únicas, los precios de venta me parecen bastante ajustados: oscilan desde los 520 euros de una consola hasta los 45 de un pequeño posavasos. Lástima no haberlo descubierto hace un mes, justo cuando estaba buscando una mesa de forja.

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