Estamos inmersos en la decoración de Navidad, los regalitos, los disfraces de la función de los niños y los eventos sociales, que se amontonan en estas fechas. Comidas, cenas de compañeros de trabajo, antiguos alumnos del colegio, la universidad e incluso el Colegio Mayor y no paramos, pero cuando llegamos a casa queremos que esté confortable y calentita.
Tras un comienzo del otoño bastante cálido, el frío nos ha pillado algo desprevenidos, y parece que nuestras casas están más frías de lo que deberían por ese cambio de temperaturas. Pero ¿qué podemos hacer para mantenerlas cálidas sin dejarnos un riñón?
Porque tener una vivienda cálida y acogedora no depende solo de encender los radiadores; influye también lo bien que esté sellada, cómo usamos los espacios y cuánto optimizamos los tiempos de encendido. Con pequeños gestos y decisiones conscientes, puedes mejorar el confort y aligerar el coste energético sin sacrificar comodidad.
Purgar los radiadores y comprobar la caldera
Un buen mantenimiento del sistema de calefacción es clave para que funcione con eficiencia. Si tienes radiadores de agua, purgarlos (es decir, eliminar el aire acumulado) al comienzo del invierno es esencial: así el agua calentará correctamente y el radiador rendirá al máximo.
Si tu calefacción depende de caldera, revisarla periódicamente te puede ahorrar hasta un 15 % de consumo anual. Además, la colocación del radiador importa: lo ideal es situarlo debajo de una ventana, y evitar taparlo con muebles o cortinas. Esto permite que el aire frío del exterior se caliente justo al entrar, mejorando la distribución del calor y evitando un gasto innecesario.
Además, puedes colocar estratégicamente sillones, estanterías o mesas para canalizar el aire caliente hacia el centro de la estancia. Los muebles que actúan como “paredes térmicas” ayudan a que el calor circule de manera más homogénea.
Aislar bien la casa
Gran parte del calor generado por la calefacción se escapa por puertas, ventanas, suelos, techos o rendijas. Por eso, reforzar el aislamiento de la casa es una de las medidas más eficaces. Un clásico para ver por dónde se va el calor (y tu dinero) es detectar las corrientes de aire con una vela encendida. La oscilación de la llama al colocarla delante de la ventana te dirá si hay infiltraciones de aire. Una vez detectadas, tapa rendijas con silicona o masilla, y protege puertas y ventanas con burletes.
Para reforzar esa barrera contra el frío, elementos decorativos sencillos como cortinas gruesas, alfombras o moquetas ayudan a mantener el calor dentro, especialmente si las habitaciones tienen suelos fríos.
En las ventanas, además de instalar burletes, contar con sistemas de doble cristal o doble ventana reducen prácticamente a la mitad la pérdida de calor con respecto al acristalamiento sencillo.
Escoge tu temperatura (con cabeza)
La temperatura que escojas para calentar tu casa condiciona tu consumo de energía. Por cada grado que aumentamos la temperatura se incrementa en un 7% aproximadamente el consumo de energía. En casa hay que ir con jersey o con bata. No es normal entrar en una casa y que en pleno enero con nieve en el jardín haya gente con los pies descalzos y en camiseta.
Una casa que tiene una temperatura que ronda los 20 o 22º, es una casa agradable. Si eres muy friolero una buena manta frente a la tele o un jersey gordo mientras estás en el ordenador serán suficiente para que pases hasta calor.
También conviene pensar cuándo conviene realmente encender la calefacción: no es necesario tenerla encendida todo el día. Programarla para que se active poco antes de que llegues a casa, reducirla o apagarla por la noche o cuando no hay nadie, puede suponer un ahorro notable.
Si tienes estancias que no usas (por ejemplo, habitaciones de invitados o despachos vacíos) lo mejor puede ser cerrar sus radiadores y mantener las puertas cerradas, concentrando el calor solo donde de verdad se necesita.
Aprovecha los recursos naturales y mejora el confort con detalles decorativos
No olvides que el sol es aliado: si tus habitaciones reciben luz solar directa, deja las persianas arriba y las cortinas abiertas durante el día. El calor del sol ayuda a elevar la temperatura sin gasto alguno. En cuanto ya no hay sol, conviene cerrar persianas o correr cortinas pesadas puede ayudar a retener ese calor.
Además, los textiles (como mantas, alfombras, plaids o cojines) no solo aportan confort visual, también retienen calor. Decorar con estos elementos convierte tu hogar en un refugio cálido sin depender exclusivamente de la calefacción. Y si añades cortinas térmicas, ayudarás a conservar el calor interior.
Ventila 10 minutos
Ventilar sigue siendo clave: renovar el aire evita humedades y mejora la calidad del aire interior. Pero lo ideal es hacerlo poco tiempo (10 minutos como máximo) y preferiblemente antes de encender la calefacción, no mientras está funcionando; así evitarás pérdidas innecesarias de calor.
También puedes poner sensores de CO₂ para ventilar con cabeza. Como en muchos hogares se ventila más de la cuenta en invierno por miedo al aire cargado, con un sensor de CO₂ barato puedes ventilar solo cuando es necesario, durante pocos minutos y sin pérdidas exageradas de calor.
Pinturas térmicas y revestimientos que aíslan
Están empezando a utilizarse en casas antiguas: son pinturas con microesferas cerámicas que reflejan el calor y reducen la pérdida térmica. No hacen milagros, pero son un complemento interesante y casi invisible decorativamente.
Aprovechar el calor de la cocina de forma consciente
Cuando usas el horno (por ejemplo, al preparar una comida o postre), dejar la puerta entreabierta al terminar permite que el calor residual suba ligeramente la temperatura de la estancia contigua. No es un sustituto de la calefacción, pero sí un aporte gratuito de calor.
Con estas ideas que combinan un buen mantenimiento, aislamiento eficaz, uso inteligente de la calefacción, aprovechamiento del sol y pequeños detalles decorativos, puedes lograr que tu casa esté caliente cuando tú lo necesitas, sin excesos ni desperdicio.
Fotografías | Senivpetro, Freepik, Freepik, Freepik, Freepik
En Decoesfera | Del radiador a la bomba de calor: lo que ganarás (y lo que perderás) desde el primer día
En Decoesfera | El método casero que corta el frío en seco: así puedes aislar tus ventanas y el cajón de la persiana sin obras ni gastos inútiles
En Decoesfera | Estos radiadores son el secreto para pasar el invierno sin temer a la factura de la luz
Ver 0 comentarios