Con la crisis energética aumentó profundamente la preocupación de ahorrar en calefacción para tratar de compatibilizar el ahorro en la factura de la calefacción con el confort y la calidez que todos buscamos en casa.
Más allá de seguir recomendaciones como mantener la casa a 18ºC (hay que tener en cuenta que cada grado puede suponer un aumento o disminución del consumo energético), hay otra duda que surge cada invierno en torno a hora de calentar la casa: ¿Qué es mejor, dejar la calefacción encendida al mínimo, o apagarla y encenderla dependiendo de las horas o de si estamos en casa?
Pues según los expertos, lo mejor apagar la calefacción cuando estamos trabajando fuera de casa, o mientras estamos durmiendo, ya que en dormimos mejor con algo de fresco, y además, estamos tapados por las cálidas fundas nórdicas.
Es cierto que cuando lleguemos a casa será necesario un gasto extra para calentar la casa de nuevo, pero según los expertos, lo ahorrado compensará. Si buscas mantener cierto equilibro en el gasto, o para compensar la bajada de temperaturas por las noches, podemos poner el termostato a baja temperatura.
Cuando ventiles, también hay que apagar la calefacción. Debemos ventilar la casa todos los días aprovechando las horas más cálidas del día durante 10 minutos para renovar el aire. Pero en ese momento, también es conveniente apagar la calefacción.
Los termostatos y los programadores se han vuelto claves en muchos hogares para mantener el control de la temperatura. Y da igual si la calefacción es de gas, o eléctrica, estos mecanismos nos permiten olvidarnos de controlar la calefacción a diario. IDAE asegura que las válvulas termostáticas en radiadores y termostatos programables permiten ahorrar entre un 8 y un 13% de energía.
Otros consejos para optimizar el consumo energético en casa
Calienta solo las estancias que utilices. Según los expertos, para ahorrar energía hay que apagar los radiadores de esas habitaciones que no utilizamos nunca. Eso es especialmente importante en los hogares con calefacción de gas, con el fin de concentrar el calor en las habitaciones que sí que utilizamos.
A la vez que apagas los radiadores de estas habitaciones, es importante también cerrar sus puertas para que el frío de estas estancias no se mezcle con el calor que generamos en el resto del hogar.
A la hora de ahorrar energía y optimizar el gasto, es importante también conservar el calor que hemos generado. Por eso es importante cerrar las persianas por las noches, y poner burletes en puertas y ventanas para evitar que entren corrientes de aire frío desde el exterior.
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