Las hormigas pueden ser una plaga veraniega horrorosa, ya que su presencia es bastante difícil de erradicar, pues son capaces de descubrir muy rápidamente dónde guardamos la comida.
Estos insectos, como todo hijo de vecino, tienen sus preferencias alimenticias, de manera que hay que tener mucho cuidado con lo que se les ofrece en cada casa para evitar que se sientan tentadas a venir.
Los olores que más atraen a estos cinematográficos animales son capaces de motivarlas a escalar hasta el lugar más remoto con tal de conseguir ese pedazo de alimento para ellas y toda su comunidad organizada en colonias que a su vez se organizan a la perfección para recabar alimentos.
Y no es solo una sensación, pues las hormigas tienen un olfato super desarrollado gracias a la presencia de un órgano de lo más sofisticado en sus antenas, que les permite esa detección de comida tan eficaz.
Este órgano está especialmente atento a alimentos como frutas y miel (sabores especialmente dulces), pero también refrescos, bebidas azucaradas, y otros como pan y carne. Todos los alimentos con altas concentraciones de azúcar y con gran intensidad llaman la atención de su desarrollado olfato.
Por ello, es mala idea dejar migas de pan por las encimeras o el suelo (al no barrer a diario) o, todavía peor, paquetes de galletas o de pan o de azúcar abiertos de par en par llamando a los sensores de estos desarrollados animales.
Un remedio preventivo muy eficaz contra su presencia es, efectivamente, limpiar a menudo espacios como la cocina o el comedor, de forma que se evitará que sientan la más mínima tentación.
Fotos | Nikola Sivkov y Jimmy Chan
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