A menudo nos centramos en decorar las grandes estancias del hogar —el salón, la cocina o el dormitorio— y dejamos de lado zonas aparentemente secundarias. Sin embargo, el pasillo también forma parte de la vivienda y puede ser mucho más que un simple lugar de paso.
Así lo asegura el arquitecto Jaime Salvá, donde comparte sus claves para aprovechar estos espacios con estilo y funcionalidad. Según explica Salvá, el pasillo puede convertirse en una prolongación natural del resto de la casa si se diseña con intención.
No comprometer la circulación
"Cualquier pasillo de más de un metro de ancho no debe desperdiciarse: añade una consola, un mueble bajo o espejo", comenta a El Mueble. De este modo, aconseja aprovechar todo su potencial con algunas ideas prácticas para darle salida.
En proyectos más amplios, el arquitecto recomienda incluso aumentar el ancho hasta 1,20 metros para ganar libertad a la hora de incorporar piezas decorativas o funcionales.
El experto señala que, con menos espacio, los muebles pueden convertirse en obstáculos. Pero cuando las dimensiones lo permiten, se abre un abanico de posibilidades. De este modo, se pueden sumar pequeños gestos —desde un banco o una consola ligera hasta una estantería empotrada— que transformen el pasillo en un lugar acogedor y útil.
Funcionalidad y estética
Para conseguir un equilibrio visual, Salvá propone combinar funcionalidad y estética. Una de sus recomendaciones principales es integrar almacenaje enrasado o modular, perfecto para mantener el orden sin saturar el ambiente. También sugiere apostar por consolas esbeltas o muebles bajos, que aporten carácter sin invadir el paso.
Otro de sus recursos favoritos es la decoración vertical. Los espejos amplían el espacio y reflejan la luz, mientras que una composición de cuadros o fotografías puede dar continuidad al estilo del resto de la vivienda. De este modo, el pasillo es una oportunidad para contar una historia personal o artística, no un rincón olvidado.
La iluminación, destaca Salvá, es un elemento decisivo: “Un diseño lumínico bien pensado puede cambiar completamente la percepción del pasillo”. Recomienda luces cálidas, apliques decorativos o incluso tiras LED integradas en el techo, que generen una sensación de continuidad y profundidad. “La clave está en no abusar: menos es más”, subraya.
Un error común
Por último, el arquitecto advierte sobre un error habitual: dejar el pasillo vacío por miedo a sobrecargarlo. “Un pasillo despejado pero bien cuidado marca la diferencia. No se trata de llenarlo, sino de darle propósito”, concluye.
Con estos consejos de Jaime Salvá, el pasillo deja de ser un espacio olvidado para convertirse en un punto de conexión lleno de encanto, funcionalidad y armonía visual.
Fotos | @jaimesalva/Instagram, Pexels
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