Aunque (por suerte para muchos), este verano nos hemos librado de más de un día de calor extremo, las altas temperaturas golpean el país, y no queda de otra que acudir al aire acondicionado en casas y edificios para combatir el calor a nivel nacional. Y pese a que las nuevas tecnologías ya han puesto medidas para disminuir el consumo de electricidad con los nuevos aparatos eléctricos, el aire acondicionado no solo repercute de manera directa a nuestra salud, sino que, además de la subida del precio de la luz, este aparato plantea un problema a nivel ecosistema ya que al funcionar genera su propio calor y contribuye al aumento de las temperaturas, la pececilla que se muerde la cola.
Sin embargo, un equipo de investigadores de las universidades de Princeton y UCLA, en EEUU, se han puesto manos a la obra y han llegado a la conclusión de que los métodos de refrigeración actuales "no son soluciones sostenibles para la gestión del calor a gran escala en entornos construidos". Para solventarlo, han desarrollado un novedoso método pasivo que serviría para enfriar edificios en verano y calentarlos en invierno, con materiales baratos y accesibles y sin consumir energía. ¿Quieres saber de qué se trata?
Un método ecológico para aislar edificios
La solución está en los revestimientos específicos de infrarrojo de onda larga (LWIR, por sus siglas en inglés) para ventanas y muros exteriores, con el potencial de conseguir un ahorro energético y un confort térmico mucho más importante del que logran las envolventes convencionales de los edificios y materiales para la construcción de sus paredes.
Solución que ya se aplica en otra escala desde hace miles de años en ciudades históricas como Santorini en Grecia o, en menor medida, en los pueblos blancos de España. Los materiales de construcción y sus fachadas en color blanco facilitan el reflejo de la luz del sol en tejados y muros, proporcionando así una refrigeración pasiva y realmente efectiva en los días de más calor.
Sin embargo, más allá de los métodos ancestrales, "enfriar paredes y ventanas es un reto mucho más sutil y complejo" señala Aaswath Raman, profesor asociado de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la UCLA. Por eso, su lucha contra el calor radiante en edificios, transmitido por las ondas electromagnéticas, se ha centrado para reflejar ciertas longitudes de onda que aportan los distintos materiales y revestimientos disponibles en el mercado y su correlación entre cómo se desplaza el calor entre los edificios, el suelo y el cielo.
Para demostrar sus propias conclusiones a corto plazo, los investigadores comprobaron la eficacia de distintos materiales de construcción y de bajo coste capaces aislar las paredes del frío y del calor. Son elementos como el fluoruro de polivinilo, que ya se utiliza como revestimiento de fachadas, además de otros elementos como el polipropileno metalizado, resinas de pintura o cerámica sobre las fachadas de casas y edificios. ¿Será la nueva revolución civil para luchar contra las nuevas tecnologías?
Imágenes | Pexels
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