Las cortinas son las protagonistas indiscutibles en cualquier salón. Da igual si de un tejido de lino, loneta o pana. Las cortinas siempre predominan sobre el resto de la decoración. Sin embargo, los tiempos cambias y las tendencias también, y lo que antes era imprescindible, cada vez se vuelve más opaco o alternado por nuevas propuestas de decoración.
En 2026, los diseñadores de interiores dan un paso más allá de las tradicionales cortinas. La idea ya no es cubrir ventanas, sino integrar la luz, la transparencia, la arquitectura y la tecnología como elementos clave del diseño. El objetivo es conseguir espacios más luminosos, una integración tecnológica y una estética más contemporánea.
Shutters
Los shutters (persianas de madera o materiales similares con lamas) resurgen como alternativa elegante y funcional a las cortinas de tela pesada. No solo proporcionan control preciso de luz y privacidad, sino que se integran arquitectónicamente al espacio (marcos, ventanas antiguas, aberturas irregulares).
La arquitecta Brian O’Tuama ha restaurado (o sustituido) shutteres en ventanas con diseño clásico. En lugar de colgar tejidos, las lamas blancas permiten dejar pasar la luz desde arriba mientras mantienen privacidad abajo, sin necesidad de añadir tela adicional.
Vidrios inteligentes
La tecnología permite que el vidrio pase de transparente a opaco con solo tocar un interruptor, eliminando la necesidad de cualquier cobertura física. Para ventanas grandes, ventanales modernos o espacios en los que se quiere visibilidad total excepto en momentos específicos, esta tecnología ofrece una solución limpia, futurista y prácticamente invisible.
Persianas enrollables
Cuando se decide no usar tela abundante, las persianas enrollables (roller shades), romanas o paneles compactos se convierten en protagonistas. Son ideales para ventanales limpios, ventanas panorámicas o espacios donde las cortinas se ven fuera de escala. Materiales técnicos, colores neutros o madera ligera dominan este estilo.
Vidrio ácido, películas decorativas y vidrios esmerilados parciales
Para zonas que requieren privacidad pero no quieren perder luz (baños, frentes de calle, cocinas), se están usando vidrios esmerilados, películas decorativas o paneles translúcidos. Aportan textura, suavizan la luz y liberan la estética del espacio para que no dependa de telas. Aunque no siempre se busca eliminación completa de cortinas, sí se reduce mucho su uso.
Maderas naturales, tejidos técnicos y materiales orgánicos
Cuando sí se utilizan cubiertas – pero no cortinas voluminosas – los materiales cambian: bambú, ratán, madera ligera, fibras orgánicas. Especialmente en persianas, paneles, o lambrines (paneles bajos), que permiten modular la luz de forma natural. Acompañados de marcos de madera, herrajes discretos y acabados hechos a medida.
Capas de luz: combinación de soluciones ligeras
Se tiende a usar varias capas ligeras en lugar de una cortina pesada: por ejemplo, un vidrio translúcido más persianas enrollables internas, más shutter en la parte inferior. De este modo, se mezcla privacidad, filtrado de luz y estética limpia. La capa más pesada queda reservada para momentos específicos, disminuyendo visualmente su presencia.
Minimalismo arquitectónico y hardware casi invisible
Finalmente, toda la tendencia apunta a lo menos es más: marcos empotrados, mecanismos ocultos, herrajes casi invisibles, con acabados que se funden con la pared o con la carpintería. Se prescinde del visible “bastidor de cortina” para destacar la ventana, no lo que la cubre. Se priorizan líneas limpias, proporciones cuidadas, y hardware que no resulte protagonista.
Fotografía de portada | Casas Houses
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