Sí, todos necesitamos a diario cinco minutos en los cuales sentarnos, relajarnos, tomar un té (o lo que nos guste) y recargar las pilas para seguir adelante.
Al ver este rincón, decorado simplemente pero con esmero, imaginé mis cinco minutos allí. Con una taza antigua de té en las manos, aspirando el perfume de mis gardenias y disfrutando mi porción de verde natural.
¿Me acompañas?
Ahora ya podemos seguir adelante con las cosas que aún quedan hasta terminar el día.