En estudios y pisos muy pequeños a veces hay que renunciar a pequeños placeres como el de un sillón cómodo y personal en el que leer o relajarse por las tardes.
¿La razón? Pues que estos suelen requerir mucho espacio, y no sólo me refiero al físico, sino a que para introducir una de estas piezas tenemos que crear un rincón adecuado que muchas veces no podemos permitirnos.
Dragonfly te ayuda a reducir este problema. Es un silla que con un sencillo mecanismo se transforma en un sillón muy cómodo sobre el que recostarse para una siesta o descansar.
Está diseñado por Karim Rashid y resulta muy fácil de abrir y cerrar lo que siempre se agradece, además en forma de silla puede ser una pieza más de nuestro salón o comedor, o servir estupendamente como silla de despacho, sólo después al abrirla ocupa más espacio, algo que aunque no todos, muchos podremos permitirnos.
Vía | Freshome
Más información | Atelier NYC
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