Ultimamente las paredes de muchos hogares están viviendo un auténtico auge de la decoración mural gracias a los vinilos. Tenemos a la venta gran variedad de diseños listos decorar nuestras paredes. Es una buena opción, pero ¿por que no ir más allá y crear nuestro propio mural personal e intransferible?
Quiero compartir con vosotros el trabajo que hizo Ningyoshinda en las paredes de su salón. Lo que en un principio iba a ser un pequeño dibujo, componiendo un diminuto jardín japonés, se fue convirtiendo en un gran mural que rodea las paredes, transformando este salón en un jardín de cerezos en flor lleno de magia.
Los dibujos están realizados a mano alzada, trazando en un principio las lineas con un lápiz sobre la pared para ir rellenándolas después con pintura y paciencia a partes iguales. Me gusta especialmente el contraste de colores violeta en distintas tonalidades, con el blanco de la pared y las pequeñas flores sakura.
Un minucioso trabajo que seguro servirá de inspiración a la hora de decorar nuestras paredes.
Vía | Facilísimo En Decoesfera | Dormitorio juvenil: un mural de papel como punto de partida