Hoy vamos con un salón que tiene todos los horrores decorativos del pasado y que tenéis sobre estas líneas. En primer lugar, la famosa bola del mundo-mueble bar, por otro lado un cuadro de los que suelen llevar ciervos y que tenemos sobre el sofá y para terminar el conjunto, la mesa de café con un reloj.
A pesar de estos elementos que he mencionado, este salón tiene un gran defecto de partida: la moqueta verde que oscurece el conjunto sin que las paredes blancas supongan una mejora. También pesa mucho a la vista el sofá de cuero, grande y envolvente y las butacas de aspecto contundente.
El cambio de cara ha comenzado eliminando la moqueta y dejando una tarima que brilla por si sola. Una de las paredes se ha pintado de azul oscuro, tal vez porque a los dueños de la casa no les gustaban blancas y, aunque este no sería uno de los cambios que yo habría hecho, no me termina de disgustar.
La pared que tenemos de frente a la cámara sigue siendo el lugar de la biblioteca, pero se ha cambiado la librería anterior por otra más baja y más ligera a la vista. Delante de la ventana se ha puesto otra librería más ligera junto a una butaca, lo que configura un rincón de lectura de lo más acogedor.
Un detalle que me encanta de este nuevo salón son las plantas que hay sobre las librerías y que llenan de vida el conjunto. A pesar de que aquí han vuelto a hacer el truco de la diferencia de iluminación en ambas imágenes, de nuevo tenemos un acierto con el cambio. Hemos ganado amplitud visual descartando los elementos decorativos más pesados y en general en el “después” tenemos una estancia más acogedora y bonita. ¿Vosotros cómo lo veis?
Imágenes vía | Design Sponge
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