Imaginemos que compramos una casa de segunda mano amueblada, o que heredamos una vivienda de algún familiar y el estilo no se corresponde para nada con nuestro gusto, nos veremos obligado a renovarla por completo, a veces parece increíble como los muebles y los colores pueden cambiar una estancia hasta hacer que parezca otra distinta.
La verdad es que el salón de la imagen aunque en un estilo clásico un tanto anticuado, por la forma de los espacios ofrecía grandes posibilidades, un poco de buen gusto podía hacer maravillas, con esa altura en el techo, amplitud y luminosidad, lo primero fue blanquear las paredes y aunque se mantuvo algún mueble, el cambio ha sido casi completo, veamos el resultado.
Se ha optado por el blanco para paredes y techo, se ha suprimido el color en las cortinas, que siempre resta algo de claridad, se ha decorado la pared de impacto con láminas de colores y trozos de espejo que multiplican la profundidad de la estancia, acertada también ha sido la redistribución de los asientos, el principal justo en la pared decorada hace que se note una mayor sensación de espacio libre.
Para los colores, verdes, amarillos, azules… huyendo de los marrones y arenas del antes, mucho más sobrios, tristes, aburridos y oscuros, la iluminación ha pasado también de amarillo a blanco además de ganar claridad de las ventanas, curioso el detalle de haber mantenido la misma mesa de centro y justo en la misma posición un detalle retro nostálgico con gran encanto, la verdad es que este cambio si que me ha gustado mucho.
Vía | Design Sponge
En Decoesfera | Antes y después: un sofá con mucho color
Ver 12 comentarios