Antes que nada que quede claro que yo no soy muy partidaria de las estanterías de obra, en realidad exceptuando los armarios empotrados y poco más, no me suelen gustar las cosas poco flexibles y versátiles, que no se pueden mover, que tienen que permanecer en el mismo lugar todo el tiempo. Pero a veces compramos viviendas de segunda mano que tienen cosas que no hemos elegido y lo que tenemos que hacer es o bien eliminarlas o adaptarlas a nuestro gusto.
El primer dueño de esta vivienda era un fan del color rosa y de su combinación con el blanco, no era esta la única habitación pintada con esos colores, obviamente el rosa no es un color que guste a todos y además es un color que puede llegar a cansar, pasado el tiempo tiene que tocar un cambio. Y uno de los más radicales es el que nos lleva a pasar de blanco y rosa a negro y blanco.
Además de modificar el número de estantes y por consiguiente la altura de separación entre ellos, uno de los cambios mas importantes en esta habitación es el del color, mucho más moderno el contraste de blanco con negro en el fondo de la estantería, que el rosa con blanco anterior.
El negro hace que las cosas que coloquemos en la estantería destaquen mucho sobre el, como la mayor parte de la superficie de la estancia sigue pintada en blanco, no se pierde casi luz y el conjunto es un lugar de trabajo muy agradable, con las sillas, lámpara y otros complementos a juego también en negro y la madera clara al natural para la mesa que me encanta.
Vía | Design Sponge
En Decoesfera | Antes y después: un baño que pasa a negro sin obras
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