A día de hoy, el limonero es bastante común en patios y jardines donde abunda la naturaleza y la vegetación. Y aunque se trata de una especie muy fructífera y abundante, hay que cuidarla y mimarla para que crezca sana y cuantiosa. Es aquí donde entra la poda.
Una de las razones más importantes para podar un limonero es incentivar la producción de frutos. Por ello, si lo que quieres es que tu árbol fructifique como es debido, debes mimarlo con gusto y conocer los errores más comunes en la poda que pueden perjudicar su calidad de crecimiento, resultados en sus frutos y ramificación.
Errores comunes en la poda del limonero
Por lo general, la mejor época para podar este árbol son los primeros meses del año -enero y febrero- y los primeros meses de verano -junio y julio-. Pero esto puede variar en función del estado del árbol. Evita los momentos en los que haya riesgos de heladas y, sobre todo, si el árbol ya tiene frutos, espera a que deje de producir limones para podarlo.
Por supuesto, asegúrate de utilizar buenas herramientas y nunca lleves a cabo una poda peligrosa sin guantes, gafas protectoras u otros elementos que aseguren tu estabilidad y protección frente a los peligros de hojas o ramas en mal estado. Además, debes controlar aquellos brotes o chupones que crecen alrededor del tronco y que, si los dejas, pueden absorber la sabia que necesita el limonero para fructificar y crecer de forma saludable.
Por último, nunca podes limoneros que tengan menos de tres años. Deja pasar un periodo de tiempo prudencial antes de hacer nada. Evita que la copa se ramifique demasiado, pues demasiadas ramas pueden evitar la exposición de la luz solar que necesita el árbol para crecer. Y nunca dejes los primeros frutos que de el limonero, esto es crucial para mejorar las próximas producciones.
Fotografías | Unsplash
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