El truco que hay que hacer en septiembre que ayuda a las hortensias a resistir el invierno y florecer con más fuerza

Las hortensias son arbustos ornamentales muy apreciados por sus grandes ramilletes de flores, que pueden variar entre tonos blancos, rosados, azules y púrpuras según el pH del suelo. Son plantas resistentes, capaces de adaptarse a diferentes climas, aunque disfrutan especialmente de ambientes húmedos y suelos ricos en nutrientes.

Además de su belleza, las hortensias destacan por su longevidad y su capacidad de florecer cada año si reciben los cuidados adecuados. Con una poda ligera, riego constante y protección en épocas de frío extremo, pueden convertirse en protagonistas del jardín durante muchas temporadas.

Momento clave

A pesar de su fortaleza, estas plantas agradecen ciertos cuidados en momentos clave del año. Septiembre es una de esas etapas cruciales, donde un gesto sencillo puede marcar la diferencia en su vitalidad futura.

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Si quieres verlas más fuertes y llenas de color en primavera, este es el momento de actuar. La llegada de temperaturas más suaves invita a realizar una tarea pequeña, pero muy beneficiosa.

El cuidado consiste en retirar las flores marchitas. Cuando los pétalos comienzan a secarse y a tornarse marrones, lo recomendable es cortarlas. Lejos de dañar a la planta, este paso la ayuda a concentrar energía en lo verdaderamente importante.

Concentración de recursos

Al eliminar las flores secas, la hortensia deja de destinar recursos a la producción de semillas y los redirige hacia el fortalecimiento de raíces y follaje. En consecuencia, el arbusto se vuelve más sano y vigoroso.

Este proceso se conoce como descabezar y puede llevarse a cabo durante toda la temporada de crecimiento y hasta principios del otoño. Es un cuidado que no requiere experiencia, pero sí algo de atención.

Eso sí, conviene ser prudente: cuando las heladas comienzan a acercarse, lo mejor es suspender esta práctica. Los expertos recomiendan dejar de podar hacia mediados o finales de otoño, al menos unas cuatro semanas antes de la primera helada de tu zona.

Desde ese momento, es aconsejable mantener las flores marchitas en la planta. De esta manera, el arbusto se protege mejor durante el invierno y queda listo para regalarnos un nuevo ciclo de abundante floración en la primavera siguiente.

Foto | Pexels

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