El hibisco, o hibuscus, es una planta perenne que año tras año nos ofrece sus preciosas flores con forma de trompeta en el jardín, siempre que les ofrezcamos un poco de cuidado adicional en el otoño de cara a protegerlos de la bajada de las temperaturas del invierno.
De hecho, hay mucha gente que vive en zonas con inviernos fríos que desecha esta planta al acabar el verano. La buena noticia es que con los cuidados adecuados, podrás seguir disfrutando de esta planta la próxima temporada.
La poda: clave para que el hibisco florezca con fuerza al año siguiente
La poda es una tarea fundamental para proteger al hibisco del frío y conseguir una espectacular floración la temporada siguiente. Para hacerla, deberás utilizar una tijera de podar bien afilada y desinfectada.
Tienes que cortar las ramas hasta un tercio de su longitud total, y el corte, debe realizarse por encima de un nudo o de un grupo de hojas. Cada rama debe conservar por lo menos tres nudos o conjuntos de hojas.
Si la planta está cultivada en maceta, podrás meterla al interior cuando bajen las temperaturas. pero si tu hibisco es grande y leñoso, puede soportar el frío. Las ramas y el follaje se secarán tras las heladas fuertes, momento en el que deberás podar cada tallo leñoso a entre quince y veinte centímetros por encima del nivel del suelo.
Así, dirigirás la energía de la planta hacia las raíces, para que puedan seguir creciendo y se preparen para desarrollarse en primavera. Para proteger el hibisco, también puedes ponerle una capa de mantillo en torno a sus raíces.
Tratamiento de hibiscos contra insectos y plagas
Los hibiscos no suelen sufrir muchas plagas, pero en ocasiones, los ácaros y los pulgones se instalan en ellos. Y puede ser peligroso llevarlos dentro de casa porque podrían extenderse a otras plantas.
Para evitar su presencia, deberás rociar el hibisco con una manguera de jardín y dejar que los tallos y el follaje se sequen. En caso de encontrar una plaga, puedes tratar la planta con aceite de neem.
A veces, las hormigas se instalan en plantas en macetas. Pruebe a colocar cebo para hormigas cerca de la maceta o a mojar la tierra. Asegúrese de que se drene todo el exceso de agua.
Traslada la planta a un interior soleado
Cuando veas que las temperaturas se aproximan a los 10ºC, es el momento de meterlo en casa con el fin de protegerlo del frío y de las heladas. En este punto, es importante buscarle un sitio donde reciba luz solar directa o indirecta.
Si el hibisco recibe entre cinco y seis horas de luz solar intensa al día, la planta podría seguir floreciendo durante todo el invierno. Si la luz es intensa, pero indirecta, el hibisco tendrá más posibilidades de entrar en letargo.
Además, es importante tenerlo en un lugar que se vea afectado por las corrientes de aire, y lejos de radiadores o de la salida de la bomba del calor. En caso de que el aire de tu casa esté especialmente seco, es importante rociar la planta semanalmente, o colocar cerca un humidificador.
En primavera, cuando las temperaturas se hayan recuperado y el riesgo de heladas haya desaparecido, puedes volver a sacar la planta al exterior. A lo largo de una semana, deberás exponerla a la luz del sol de forma progresiva, proporcionándole cada día un poco más de sol. También deberás reanudar el riego y la fertilización de forma regular.
Reduce el riego
Si ves que tu hibisco está inactivo, durante el invierno deberás reducir el riego. Por contra, si ves que la planta tiene nuevos brotes verdes, deberás mantener la tierra húmeda. También es aconsejable no utilizar fertilizantes durante el invierno.
Fotografías | Pixabay para Pexels, Vega.photo jp para Pexels
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