La planta de interior bonita y resistente ideal para el otoño: soporta la falta de agua, de luz e incluso a la calefacción

En el universo de la decoración con plantas de interior, existe una especie que se ha ganado a pulso el título de “todoterreno verde”. Bella, resistente y extremadamente fácil de cuidar, esta planta es la solución perfecta para quienes quieren llenar su hogar de naturaleza sin preocuparse por el riego o la luz. 

Y es que, ahora que llega el invierno, nuestras plantas se vuelven mucho más débiles y delicadas. Las hojas empiezan a caer y el contraste del frío de la calle con la calefacción de las casas provoca un efecto 'arrugado' en sus hojas. Por suerte, el mundo de las plantas nunca para de sorprendernos, y hemos fichado un modelo óptimo a las características de esta nueva estación.

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Hablamos de la Zamioculca zamiifolia, también conocida como “planta ZZ”, un auténtico tesoro vegetal que sobrevive donde otras se marchitan. Originaria de África oriental, la Zamioculca es una planta de porte elegante y hojas carnosas, brillantes y de un verde intenso que aportan un toque sofisticado a cualquier estancia. 

Su aspecto esculpido y minimalista combina a la perfección con interiores contemporáneos, nórdicos o incluso industriales. No es casualidad que los interioristas la elijan una y otra vez para dar vida a espacios con estilo, desde salones hasta despachos y recibidores.

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Si hay una característica que define a esta planta es su resistencia. Tolera la falta de agua, la escasa iluminación e incluso los ambientes resecos causados por la calefacción durante el invierno. Esto se debe a que sus rizomas —una especie de raíces engrosadas que actúan como reserva— almacenan agua y nutrientes, permitiéndole sobrevivir durante semanas sin riego.

Además, no necesita una exposición directa al sol y prospera en lugares con luz media o incluso con iluminación artificial, lo que la convierte en una candidata ideal para oficinas o habitaciones interiores.

Cuidados mínimos para una belleza máxima

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El mantenimiento de la Zamioculca es tan sencillo que parece mentira que luzca siempre tan perfecta.

• Riego. Una vez cada 2 o 3 semanas es más que suficiente. De hecho, el exceso de agua es su peor enemigo. Conviene dejar que la tierra se seque completamente entre riegos.
• Luz. Prefiere la luz indirecta, aunque tolera muy bien la sombra parcial.
• Temperatura. Se adapta sin problema a los 18-26 ºC habituales de los interiores, y soporta los ambientes secos provocados por la calefacción.
• Limpieza. Basta con pasar un paño húmedo por sus hojas de vez en cuando para mantener su brillo natural y eliminar el polvo.

Un toque verde que mejora el ambiente

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Más allá de su belleza, la Zamioculca también contribuye al bienestar del hogar. Diversos estudios señalan que ayuda a purificar el aire, reduciendo compuestos tóxicos como el formaldehído. Además, su presencia aporta una sensación de calma y armonía, algo que cada vez valoramos más en la vida urbana.

Además, si eres de los que se olvidan de regar las plantas o no dispones de un rincón luminoso, la Zamioculca es para ti. No exige atención constante ni cuidados complejos, pero a cambio te regala un aspecto siempre fresco y decorativo durante todo el año.

Fotografía de portada | Anna Stathaki 

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