Aunque técnicamente, y según los chicos Pantone, el esmeralda es el color de este año, para mi el turquesa sigue siendo el color del verano. No es que el esmeralda no sea alegre, pero el turquesa es mucho más flexible (en el sentido de combinable), vivaz y fresco, perfecto para dar unas notas de color a la casa durante la temporada estival.
Al igual que hice cuando os sugerí que os atrevierais con el amarillo este verano, vamos a repasar cómo podemos utilizar el turquesa en diferentes estancias de la casa, ya sea en forma de complementos, piezas de mobiliario o incluso pinturas y revestimientos.
En la cocina
La cocina es una de las estancias de la casa a la que mejor le sienta el turquesa, tanto en las paredes, en las sillas o en las puertas de los armarios, incluso en una arriesgada combinación con el rosa. Al menos a mi es un color que me recuerda al estilo americano de los años 50, y eso me gusta.
Aunque hay que usarlo con mesura, el turquesa aporta a las cocinas ese punto de alegría y desenfado que normalmente tanto se echa en falta. Además, combina perfectamente con el blanco, la madera y el amarillo, convirtiendo nuestra cocina en un oasis en el que siempre será verano.
En el comedor
Creo que me he enamorado de esa lámpara transparente de cristal turquesa sobre una mesa de madera rodeada de sillas de todo tipo, desde algunas "modernas" como la DSW a otras más clásicas. Casi sin quererlo, se convierte en el foco de atención de todo el espacio, al mismo tiempo que equilibra la composición global.
Tampoco es una mala idea optar por un gran cuadro en el que predomine el color turquesa, porque así siempre podemos cambiarlo para darle un aire diferente a la estancia. Si estamos más convencidos de que el turquesa es nuestro color, podemos utilizarlo en las sillas o incluso en una mesa.
En el baño
El baño probablemente el único sitio en el que puede que muchos tengamos el color turquesa. Creo recordar que los azulejos del viejo baño de mi casa eran de un tono similar. No es que me disgusten, pero tened en cuenta que cambiar unos azulejos cuesta mucho dinero y es una obra engorrosa, así que mi recomendación es que el turquesa en el baño entre en forma de complementos. Toallas, la cortina de la ducha, la alfombrilla... hay mucho donde elegir.
En el dormitorio
De nuevo volvemos a tener dos opciones de darle un toque de turquesa a nuestro dormitorio. Por un lado, podemos apostar a lo grande con una mesita de ese color, un gran cuadro tintado de ese color y quizás algunos complementos como cojines o colchas. El amarillo es un gran compañero.
Otra opción menos arriesgada es tener un dormitorio donde predomine el blanco y que la alegría la aporten algunas piezas de mobiliario o iluminación, como una silla o una lámpara de mesa. El rosa intenso --más bien fucsia-- también combina muy bien con el turquesa.
En la terraza
Salimos ahora a la terraza, porque si el turquesa es el color del verano tiene que estar allí donde más tiempo pasaremos. Como en la terraza no hay paredes que pintar, las opciones se reducen al mobiliario y los complementos textiles.
Mi opción preferida es utilizar unos cojines turquesa en unas sillas de madera, cuyas fundas podemos cambiar el año que viene por otras y así transformar el aspecto de la terraza por poco dinero, pero si lo vuestro con el turquesa es amor verdadero, nada como unas sillas o unas hamacas con ese color.
Imágenes vía | Design Sponge En Decoesfera | Se acerca el verano, atrévete con el amarillo