Ya sean heredados, descubiertos en un mercadillo, comprados en una subasta o regalados por algún amigo, se han puesto de moda y los interioristas y decoradores usan y abusan de los retratos de época.
Señores muy serios, damas que parecen salidas de una película de miedo o frailes con hábito y todo, han pasado de los desvanes a ocupar un importante espacio en nuestras paredes.
Es una tendencia que hay que utilizar con cuidado, aunque las imágenes nos muestran muros repletos de "antepasados" (propios y sobre todo ajenos)
Algunos se han resistido por creer que el ambiente de la estancia donde se cuelgan es un poco tétrico por aquello de que no dejan de mirarte te sientes donde te sientes, por eso hay que tener cuidado con el resto de la decoración. La iluminación es fundamental, habitaciones muy iluminadas y alegres y una decoración moderna y desenfadada, incluso minimalista.
Cuidado con las tapicerías y el papel pintado, puede darle el toque kistch o convertirlo en un batiburrillo infumable.Hay quien prefiere pintar de oscuro la pared donde se van a colgar los retratos, con o sin marco, eso ya va en gustos.
¿Os atrevéis con la tendencia en alza de colgar retratos del pasado?
Imágenes |Etxekodeco, Stephen Clément,Nicole Frazen, Revista AD
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