Dentro del viaje para conocer la fábrica de Villeroy & Boch en Mettlach pudimos tener la suerte de conocer el Schloss Saareck, un fantástico hotel restaurante que abre sus puertas en esta ciudad combinando perfectamente la pasión por el pasado con las más elegantes vajillas de esta firma germana.
El Schloss Saareck es el antiguo Pabellón de Caza de la familia Villeroy, y hoy en día todavía es propiedad de los propietarios de esta empresa. Entre sus muros se alojan visitantes de la empresa, y también turistas que quieren pasar unos días en un lugar increíble lleno de sabor y de guiños al pasado.
El edificio, como podéis ver, es sencillamente espectacular. Ubicado entre jardines a orillas del río Sarre y con el fondo de la impresionante abadía que aloja a la sede de la empresa, llama la atención desde el momento en que te acercas gracias a sus torreones, a su caprichosa arquitectura y a la hiedra que recubre buena parte del edificio, del que parece que van a salir de un momento a otro unas alegres señoras vestidas de época con una copa de champagne en la mano.
La primera piedra de este edificio fue colocada en 1902 por el entonces director de Villeroy, Luitwin von Boch, al poco de contraer matrimonio con su esposa, levantando un castillo con elementos neogóticos y renacentistas que conforman una elegante composición. Entre 1911 y 1912 el edificio fue ampliado para construir un gran comedor y una capilla familiar.
Y tras ser utilizado en la Segunda Guerra Mundial como hospital militar, y posteriormente, como edificio administrativo por las tropas aliadas, a partir de 1954 el Schloss Saareck pasa a ser un hotel para acoger a huéspedes de la empresa. Una actividad que se ha prolongado hasta la actualidad, acogiendo a quien desee pasar unos días en este rincón de Alemania.
Como podéis ver en las imágenes, el palacete conserva un encantador ambiente de belle époque que destila encanto y elegancia. Desde el impresionante hall con su chimenea y decorado con pinturas y trofeos de caza, a las distintas estancias repletas de antigüedades y de papeles que tienen décadas y que están de completa actualidad, como el caso de un llamativo papel decorado con elementos tropicales.
Las habitaciones ha sido decoradas cuidando los pequeños detalles, personalizando cada una de ellas y sin perder el sabor de este viejo palacete de comienzos del siglo XX.
Como no podía ser de otra manera, los cuartos de baños llevan el sello de Villeroy, con diseños de piezas que representan etapas importantes en las colecciones de baño de Villeroy desde la década de 1980 hasta la actualidad.
Al igual que en las habitaciones hay productos de Villeroy, en los salones del Schloss Saareck las vajillas en las que se sirve la comida también son de esta firma germana. Vajillas tan llamativas como la Classica Contura, una vajilla de porcelana que quizás se encuentre entre las más elegantes de esta firma gracias a su diseño, perfecto para celebraciones y momentos especiales.
Más información | Villeroy Boch
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