Inspirada en el estilo industrial de los barrios neoyorkinos de la década de los 50, este es el nuevo espacio gastronómico con obrador propio ubicado en el barrio de Salamanca de Madrid. Muebles de hierro forjado aparentemente oxidado, maderas naturales sin tratar y vigas al descubierto componen su esencia.
Expositores de acero y vidrio, encimera de mármol y tableros de virutas forman parte de esta decoración industrial minimalista basada en líneas limpias y puras, obra del artista Antonio Chozas ha sido el encargado de plasmar el concepto de un obrador artesanal inspirado en un almacén industrial. Una arquitectura interior cuyo mayor atractivo es la propia estructura y los materiales que la conforman.
Uno de los rincones más significativos del establecimiento es el gran mapa del mundo pintado con tiza sobre una pared de pizarra. En él, se ha querido destacar el origen de la selección de cafés de especialidad que se puede degustar en el establecimiento. Un claro homenaje que integra la esencia de los productos, transportándote a rincones del mundo como Panamá, Colombia o Etiopía.
Un lugar cálido y acogedor, que invita a descubrir los secretos de su producción artesanal a través de un obrador abierto. Un escaparate desde el que los comensales podrán ver a los cocineros amasar una amplia selección de panes, dulces, tartas y platos salados con ingredientes de alta calidad.
El local se divide en dos zonas:
Por un lado, la de trabajo, al fondo del espacio, con entrada independiente desde el patio-corrala, desde donde se accede a los aseos-vestuarios y al obrador con todos los equipos necesarios para la elaboración de productos sin gluten, y otra la pública, ambas unidas por vidrios con carpintería metálica.
En la zona pública, desde la entrada al baño, se genera un recorrido en diagonal que delimita dos espacios, uno dinámico (barra-expositor) y otro estático (zona de estar).
La barra-expositor es el elemento que genera el espacio, de tersa geometría y líneas limpias. Realizado con tablero de virutas y acero, encimara de mármol blanco y vitrinas de vidrio, donde se exponen los productos sin gluten, los auténticos protagonistas. El otro es el café, la máquina de café cómo objeto de exposición.
La barra es paralela a una pared medianera del edificio, donde se ha conservado el ladrillo visto, que le da el toque de auténticidad a la decoración industrial y minimalista.
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