Hace muchos años que el resturante Ojalá es un clásico entre las propuestas de ocio del Barrio de Malasaña. Pero desde su reapertura hace unos meses, Ojalá se ha convertido en un imprescindible en las rutas por esta zona de Madrid. Sobre todo, si no quieres renunciar al verano y quieres seguir sintiendo el encanto de la playa, aunque sea en pleno centro de la capital española.
Ojalá abre sus puertas en la confluencia de las calles San Andrés y con Espíritu Santo, y con su nueva imagen sigue marcando tendencia en el barrio más moderno de Madrid. La reforma del local ha corrido a cargo del arquitecto Andrés Jaque, León de Plata en la última Bienal de Arquitectura de Venecia.
Y si a estas referencias arquitectónicas le sumamos la carta del chef Javier Brichetto, el éxito está asegurado. ¿Las claves de la reforma? Convertir este espacio situado a dos pasos de la Plaza del Dos de Mayo en un chiringuito playero lleno de encanto, con arena y todo.
El restaurante está decorado en tonos aguamarina, naranjas fluorescente, madera natural para las mesas, modernas luces de colores que bien podrían bambolearse en cualquier chiringuito de playa, y lámparas macetas colgadas del techo.. Porque precisamente desde fuera, lo que más llama la atención son estas psicodélicas lámparas maceteros que cuelgan del invernadero, la zona dedicada a terraza interior como si fuera un jardín.
Una vez que abandonas la zona de restaurante y bajas las escaleras, allí te encuentras la gran sorpresa. Una auténtica playa con arena blanca de Almería con mesas y sofás bajos y un bar de madera que recuerda sin duda a las casetas de la playa. ¡Ah! Y antes de marcharte, no dejes de visitar el colorido baño homenaje aldisco Smile los Beach Boy, con un tremendo y llamativo collage de fotos.
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