Algunos estudios de arquitectura están presentando en redes algunas propuestas innovadoras para la reconstrucción de la aguja y del techo de la nave central de Notre Dame, que fueron pastos del fuego el pasado 15 de abril.
Apenas extinguido el fuego de Notre Dame, y en cuanto se pudo confirmar que la estructura de la catedral no había sufrido daños, el gobierno francés confirmaba que las labores de reconstrucción comenzarían a la mayor brevedad posible y se daban un ambicioso plazo de cinco años para su ejecución.
A pesar de las buenas intenciones y de las numerosas y cuantiosas donaciones recibidas para llevarlas a cabo, la mayor dificultad para realizar esta reconstrucción puede estar en la falta de mano de obra cualificada que pudiera reproducir un forjado de más de 800 años de antigüedad y la fecha; una compleja estructura de plomo y piedra que vino a sustituir a la original en las obras de restauración dirigidas por el Viollet-le-Duc hacia mediados del siglo XIX.
Frente a la opción de reconstruir fielmente lo destruido, muchos creen que sería una buena elección que el gobierno francés optase por un diseño vanguardista que aproveche las nuevas tecnologías y avances arquitectónicos de hoy. Al fin y al cabo la catedral ya ha sido objeto de varias ampliaciones e intervenciones a lo largo de su historia, y cada intervención responde a una necesidad, -como en este caso-, que a su vez es parte de la historia de catedral. . Entre las opciones hay mucho cristal, algunas propuestas "eco" como un techo sostenible o vegetal, y alguna otra muy futurista y llamativa, como la llama que interpreta literamente el momento de la destrucción.