Es patente que el interiorismo de una embajada es refinado y particular, cada una de ellas traen de su propia tierra, esencias decorativas personales. El caso de grandes embajadas en España, como la de Estados Unidos, se han hecho sonar, por la organización de celebraciones y distinguidos eventos promovidos últimamente. A parte, su anterior embajador, James Costos y su pareja el interiorista Michael S. Smith dejaron huella y arte en nuestro país, además, a todos nos hicieron sentir el encanto de una embajada muy cercana al pueblo, donde el diseño e interiorismo estuvo presente en múltiples ocasiones.
Particularmente, la palabra embajada la asocio rápidamente a elegantes y sobrias decoraciones, muebles tradicionales de madera con elevado coste, alfombras de categoría realizadas a mano y a doble o triples plantas llenas de espacios bonitos y obras de arte. Sin embargo, estos edificios o sedes se van renovando y permiten pasar a sus estancias estilos menos clasistas, donde el espíritu contemporáneo sale a relucir implantando nuevos criterios y materiales recuperados.
Un ejemplo claro del avance decorativo lo vemos en la embajada de Italia en Moscú. El proyecto dirigido por el estudio I4 Mariani emplazado en (Como, Italia) que da una perspectiva diferente a la idea general de una embajada. En este caso la decoración industrial hace gala de sus espacios.
Con el nombre de proyecto Paradigma LLC se bautiza esta recuperación del edificio moscovita. El suministro de mobiliario para la oficina es moderno y austero, sin grandes florituras ni tapizados especiales. Es la piel la que se deja reconducir por cada rincón de la embajada vistiendo su escaso y suficiente mobiliario, el cuál pertenece a la colección Blade de la firma De Symetria.
Los suelos de madera natural instalados con tablillas a modo de mosáico transmiten calidez y disminuyen el efecto frío desarrollado en este proyecto de estilo industrial. Las paredes de ladrillo visto conservan relieves que proporcionan carisma a la oficina. Sus estructuras, soportes de hierro en color negro sirven para instalar pasarelas acristaladas, desde donde la luz fluye a cada espacio interior, una de las claves más importantes que tiene este edificio para potenciar la luz natural debido a sus escasas ventanas.
A lo largo de todo el recorrido por la embajada nos topamos con los sillones Trucoma tapizados en piel de dos tonalidades, color negro, blanco roto y las mesas Oyster. El vidrio como elemento estrella, sustituye techos y paredes dejando pasar la claridad. Como veis una Embajada italiana con estética fuera de la tradicional, en la que sólo falta completar su decoración con objetos y complementos adecuados para realzar su distribución moderna.
Fotos | I4 Mariani
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