Reconozco que el hecho de que en los frascos aparezca una felicitación de cumpleaños con mi nombre, ha influido positivamente en que me acabe de enamorar de ellos, pero obviando ese pequeño detalle estaréis de acuerdo conmigo en que son una monada. La idea no puede ser más sencilla, frascos de cristal de conservas vacios, tapados con una tela de color, y con un cordel a juego reciclados para servir por ejemplo un postre.
A mi, que me gusta bastante la cocina y especialmente todo lo que se refiere a dulce, me ha parecido que puede ser la forma ideal de presentación de un flan de café o de queso, de unas natillas o de un arroz con leche si queremos llevarlos a una comida al aire libre, muchas veces en este tipo de postres el riesgo de derramamiento complica el transporte y con estos recipientes no hay ningún peligro.
El papel que personaliza la decoración no tiene por qué ser una felicitación de cumpleaños, podemos escribir en la etiqueta el nombre de cada uno de los comensales o la fecha de celebración de la fiesta, o alguna frase bonita... En fin, yo ya tengo una idea para la celebración de mi cumple, pena que casi tenga que esperar un año para él, pero seguro que encuentro una excusa, para poner en práctica la idea antes de ese momento.
Vía | Recyclart En Decoesfera | A la mesa del jardín, los cubiertos en un bote
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