Algunas buenas costumbres se han ido perdiendo con el paso del tiempo, muchos de nosotros aún recordamos la casa de la aldea a la que solíamos ir cuando éramos pequeños y en la que se criaban gallinas, pollos, conejos... Lo de las gallinas lo recuerdo con alegría, suponía una gran ilusión entrar al gallinero y encontrarse con que habían puesto huevos, recogerlos aún calentitos... no hay como una buena tortilla con huevos de corral. Lo de los conejos, es ya un tema más delicado, normalmente se criaban para matarlos y comerlos y claro, los niños les cogen cariño y luego cuesta, de hecho, muchas veces acababan convirtiéndose en mascotas.
La cuestión es que el traslado masivo a las grandes ciudades y sus alrededores, nos ha llevado a la mayoría a pisos y apartamentos que desafortunadamente no disponen de jardín, pero hay aún bastantes privilegiados que si pueden disfrutarlo en su casa y sin embargo no lo aprovechan para tener animales, podríamos pensar que la cría de este tipo de animal esté reñida con la estética del jardín y en realidad no es así, existen gallineros y conejeras de diseño, modernistas e ideales para el más actual de los jardines.
Visitando la página de Omlet por recomendación de una amiga, he encontrado unos cuantos modelos interesantes, se trata de pequeñas casas iglú especialmente diseñadas como vivienda adaptada o bien a gallinas y pollos o bien a conejos, a sus hábitos y necesidades, fabricadas en materiales sintéticos, con piezas desmontables que nos facilitan enormemente su limpieza, es sencilla de colocación en el jardín y se pueden cambiar de ubicación fácilmente.
Tenemos modelos disponibles con formas redondeadas y otros más cuadrados, en concreto para las gallinas, hay gallineros de suelo y otros con una cierta altura y la típica escalera para subir, no es que yo entienda mucho de criar animales, pero si recuerdo haber visto gallineros de madera que disponían de esa misma escalera aunque mucho más rústica, estas casitas disponen además de una extensión enrejada hacia delante por la que los animales pueden moverse con cierta libertad sin riesgo de que se escapen, que tiene la parte superior tapada para que en los días de sol dispongan de sombra.
Por supuesto hay también opciones de color de lo más variadas, tenemos varios modelos en verde que es el color de la hierba y por tanto el que más desapercibido pasa en el jardín o el que más discreto resulta, aunque sin embargo yo me inclino más por los colores que contrasten, el naranja e incluso el fucsia me parecen ideales para dar un toque alegre al jardín a nivel decorativo y sin descuidar la funcionalidad, de hecho estos tonos corresponden sólo a la parte exterior que nosotros vemos el interior es siempre en un gris claro.
En definitiva, que igual que se tiene un perro o cualquier otra mascota, si nos gustan los animales y estamos dispuestos a cuidarlos y en el jardín tenemos algo de espacio perfectamente podemos integrar uno de estos gallineros o conejeras para darles cobijo, las ventajas con respecto a las casetas más tradicionales son evidentes, tanto en la simplicidad de la instalación y el mantenimiento, como en lo que a estética se refiere, además de cómodos, son bonitos, alegres y divertidos.
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