Tras las últimas borrascas, el verano ha llegado de golpe con los termómetros disparados en todo el país. Y aunque parece que en las últimas semanas ha caído la del pulpo, proporcionando cierta sensación de seguridad en nuestras cabezas sobre la situación hídrica de la Península, lo cierto es que las lluvias solo han sido un parche en la actual situación de sequía.
Un parche muy bien puesto, pero un parche al fin y al cabo. Debería llover durante semanas y semanas para acabar con la situación raquítica en la que se encuentran pantanos y acuíferos. Por eso, debemos extremar las precauciones y ahorrar todo el agua que podamos.
Medidas para preparar tu jardín para la falta de agua
Lo primero que debemos hacer es acostumbrar a tus plantas a la falta de agua, para obligarles a que se busquen la vida por su cuenta. Esto, por supuesto, no es condenarlas a morirse de sed. Se trata de que en lugar de regarlas mucho, hay que darles el agua justa para que las raíces profundicen en el suelo, hasta alcanzar la anhelada humedad. Si las riegas demasiado, las raíces permanecerán muy cerca de la superficie, porque no necesitarán esforzarse para conseguir agua.
Todas las especies que vayas plantando deberán ser resistentes al calor y a la falta de agua. Hay especies como la buganvilla que además de ser espectaculares, resisten muy bien la escasez de agua.
El mantillo es otra de las soluciones para que tu jardín aproveche el agua al máximo. Con una capa de 5 centímetros de mantillo orgánico mantendrás el suelo más fresco, lo protegerás de los rayos directos del sol, y conseguirás retener la humedad más tiempo, optimizando así el gasto de agua.
Ya que hablamos de aprovechar el agua, lo mejor es que apuestes por sistemas de riego por goteo para dar de beber a tus plantas. Así, aportarás el agua que necesitan para vivir y crecer. Por debajo del mencionado mantillo puedes colocar una manguera de riego por goteo, para que el agua penetre directamente en el sustrato, y disminuir así la pérdida de humedad.
Y aprovecha para regar al amanecer o al atardecer para evitar la evaporación. Si riegas con regadera o con manguera, riega directamente en la base de la planta, sobre las raíces, ya que lo que necesitan es que el agua penetre profundamente en el sustrato. Riega lentamente, para que el sustrato se trague toda el agua, sin que la tierra se encharque.
Tampoco deberías regar todas las plantas por igual, infórmate de cuáles plantas son las que más agua necesitan, cuáles sobrellevan mejor la sequía, y dales prioridad a las plantas que más necesitan el líquido elemento. Por ejemplo, las plantas que han sido plantadas recientemente, aún no tienen un sistema de raíces profundo, por lo que necesitan más recursos hídricos.
De paso que echas el mantillo, aprovecha para eliminar las malas hierbas. Esas hierbas están quitando recursos a las plantas que tú has plantado. También deberías eliminar las hojas o las flores marchitas, ya que estas partes siguen chupando recursos a la planta, y no le deja concentrar la energía en las partes sanas.
Para acabar, también puedes utiliza bidones para almacenar agua de lluvia que luego podrás reaprovechar para regar tu jardín.
Fotografías | Seven Storm para Unsplash, Anastasia Shuraeva para Pexels
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