Hay objetos de los que cuesta desprenderse y no siempre se sabe el porqué. Quizá influya el cariño que se tenga a la pieza, o algo en su diseño, el aire envejecido... vaya usted a saber. Pero no todo se puede guardar, a no ser que decidamos convertirlo en otra cosa, algo práctico que necesitemos todos los días, como una lámpara por ejemplo.
Este globo terráqueo antiguo seguro que estuvo a punto de dormir el sueño de los justos, pero alguien supo mirarlo de otra manera y convertirlo en un punto de luz muy singular.
El trabajo de adaptación pasa por realizar los cortes necesarios para dejar pasar los cables y acoplar el foco, algo que no debería ser demasiado complicado. En la imagen vemos como se ha interpretado la lámpara como un aplique, pero esta idea también es perfecta como iluminación de techo.
Vía | Apartment Therapy En Decoesfera | Lámpara de falsas palomitas
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