Son las dos de la tarde y quien escribe empieza a sentir un ligero desasosiego. La sola visión de esta nutritiva lámpara hace que algo en mi interior despierte y reclame atención. Creo que es el hambre que llama a mi puerta pero... miro con mas detalle y compruebo que la hora me ha confundido, no se trata de palomitas sino de virutas de poliestireno expandido, utilizadas para proteger los productos embalados.
Esta pequeña maravilla posee dos virtudes: su originalidad y la reutilización de elementos de deshecho. Las virutas se pegan unas a otras con cola, tomando la forma de un molde cubierto de plástico, puede servir un cilindro de cartón que luego retiraremos con facilidad. Es una labor que requiere paciencia, ya que hay que ir pegándolos poco a poco, dejando secar el pegamento entre cada capa.
Una vez obtenido el cuerpo, se ensartan algunas virutas en hilo transparente y se deja que pendan de los extremos. Para colgar la lámpara, unos hilos de alambre sujetos a tres puntos serán suficientes. Al ser un material inflamable, hay que tener la precaución de colocar la fuente de luz fuera de la lámpara y utilizar una bombilla de bajo voltaje, para evitar accidentes.
A estas alturas me muero de hambre. Aunque no sean palomitas tienen un aspecto suculento, no me extrañaría que más de uno intentara dar un bocado a esta lámpara. Ganas no nos faltan.
Vía | Design*Sponge Más información | Into the deep