Estos últimos años recibía muy pocas tarjetas de felicitación navideñas, la verdad. Casi todo el mundo mandaba por mail o incluso por whatsapp una foto de sus niños o un duende con mi cara bailando y cantando algún villancico con voz de pito (seguro que también los habéis recibido). Pero este año, no sé por qué, muchos de mis amigos han decidido volver a los envíos por correo tradicional y en esta semana me he encontrado con un montón de tarjetas deseándonos los mejor.
Hasta aquí fenomenal, pero me gustaría seguir con la tradición de exponerlas y que formen parte de la decoración navideña. En casa de mis abuelos solían ponerlas en la chimenea (no dentro, mal pensados) sino en la repisa y les encantaba comprobar cuantos amigos y parientes se acordaban de ellos, casi todo eran cuadros clásicos. En casa de mis padres se colocaban sobre la consola grande del recibidor, detrás del Misterio y eran fotos de los hijos de los amigos y así cada año podías comprobar cuanto habían crecido y lo monos que se estaban poniendo (o no). Pero yo ni tengo chimenea, ni consola grande, la mía es tan pequeña que sólo caben las llaves y gracias, así que me he lanzado a buscar ideas para que se vean todas mi tarjetas de felicitación.
La primera idea que me ha gustado es la del árbol de Navidad realizado con lana, en la pared. Se puede poner en la pared del vestíbulo e ir sujetando todas la felicitaciones con algunas pinzas de colores. Tengo unas con mariquitas que me encantaron y pueden servir genial para este cometido. Así todos los que vengan a casa podrán ver su tarjeta en lugar preferente.
Otra idea es ir colgándolas de una guirnalda verde, que se puede poner sobre un espejo o alrededor de la puerta del salón e ir alternándola con bolas brillantes, lazos o si la ponemos en el pasillo en la puerta de los dormitorios se pueden poner bastones de caramelo y pequeños peluches.
También se pueden colgar del árbol, haciéndoles un pequeño agüjerito y poniendo una cinta o cordel de colores, es importante pegar una arendalita de plástico para que no les den un tirón sin querer y se rasgue la tarjeta. O incluso se pueden poner colgando de la mesa del Nacimiento, si la tenéis tapada con unas faldas o rodeándola por una cinta ancha del mismo tono del resto de la decoración.
Me ha gustado mucho la sugerencia de una corona de pinzas verdes y rojas para ir colgándolas. Todavía no sé cómo ir colocando las tarjetas, pero voy a tener que darme prisa o terminarán las fiestas y seguiré con mis felicitaciones amontonadas en una estantería. Se admiten sugerencias.
Imágenes | Srta Limón, Martha Stewart, Charhadas En Decoesfera | Navidad