En mi nueva cocina, que espero poder enseñaros pronto, tengo pensado que parte de mis botes de cristal estén a la vista, porque me gustan los colores de la pasta, la harina, los cereales... pondría el café si no fuera porque la luz estropea sus propiedades. Por eso me ha gustado la idea de personalizar las etiquetas de los botes de cristal y darle a la cocina un toque especial.
Probablemente acabe creando unas yo mismo, que para eso me gano el pan también como diseñador, pero para no complicarme la vida, de momento he utilizado las preciosas etiquetas prediseñadas de The Jam Labelizer, que se pueden adaptar e imprimir en pocos minutos.
Tienen varios diseños de diferentes estilos, algunos bastante logrados. Además, puedes personalizar gran variedad de cosas, como el color de la etiqueta o los textos (nombre, tipo, descripción, fecha...), para poder hacer una etiqueta a tu gusto. Incluso podemos subir nuestra propia fotografía si queremos.
Hay dos o tres diseños gratuitos, como los que he utilizado para probar. El resto de etiquetas se pueden probar también, pero si quieres descargar la imagen o imprimirla, debes abonar una pequeña tarifa de unos cuatro euros al cambio, con la que tendrás acceso a todos los diseños.
Una vez tenemos las etiquetas hay que imprimirlas en papel adhesivo. Lo ideal para no aprovechar este papel, que es un poco caro, es juntar varias etiquetas en una sola hoja. Para botes grandes vienen a caber dos en un folio, mientras que para los botes más pequeños llegan a caber hasta cuatro.
El siguiente paso es proceder a recortar las etiquetas. Para ello podemos usar unas tijeras, aunque para ser más precisos lo mejor es emplear una cuchilla de maquetas y una tabla de cortar. Lo importante, en cualquier caso, es tratar de hacer el corte de la mejor manera posible, así que paciencia y buena letra.
Con la etiqueta bien recortada, llega el momento crucial: pegarla en el bote. Si éste no es perfectamente cilíndrico será un poco más complicado, y geométricamente imposible que no salga una arruga, por eso es importante buscar la zona del bote más homogénea, e imprimir una etiqueta del tamaño adecuado, cuanto más grande más complicado será que quede perfecta.
Una vez pegadas todas, solo tenemos que buscar un sitio en la cocina en la que queden bonitos nuestros flamantes botes de cristal con etiquetas personalizadas, con cuidado de que no le de la luz del sol directamente, que tampoco es cuestión que se nos echen a perder los macarrones por una cuestión estética.
Vía | Directo al Paladar Más información | The Jam Labelizer En Decoesfera | Hazlo tú mismo: cortinas de murciélagos para Halloween
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