Lo reconozco: me rechiflan todas las lámparas tipo "pinza", "flexo", "acordeón", "repisa"... Me gustan todas. Me encantan tanto por diseño (suelen ser originales y diferentes a las típicas de sobremesa), como por los puntos de luz extra que aportan. Es decir, muchas veces cuando pensamos la decoración de un espacio, nos preocupamos en gran medida por muebles, textiles, alfombras... y nos olvidamos de la iluminación. Con un par de luces en el techo y una lampara en una mesita, ya lo damos por zanjado.
Sin embargo, si estudiamos un poco más el tema nos daremos cuenta de que invirtiendo un poco, podemos mejorar un mucho. Un aplique tipo pinza podemos colocarlo donde mejor nos venga sin tener que hacer rozas especiales en las paredes, y es un recurso en decoración que no debe faltar en ninguna casa. Estudiar la iluminación de un espacio requiere de observación. Y también de atender a las necesidades reales que tenemos y pensar muy bien qué tipo de luz extra necesitamos. Hoy os propongo un DIY de una lámpara tipo flexo, para que deis alegría a vuestros rincones.
Los materiales
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Flexo (de Ikea también)
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Un pieza de madera o tablar pequeña para la pared.
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Un par de tornillos
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Pintura (opcional si queremos pintar la madera)
Las instrucciones
En realidad este DIY es bastante sencillo (¡aunque en esta ocasión los peques se quedan fuera!).
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Lo primero que haremos, será quitar el espejo separándolo de la parte del acordeón (si lo vais a comprar, ya viene separado).
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Si nuestra luz tipo pinza tiene un agujero que nos pueda servir para la sujeción, perfecto. Si no es así, hacemos un par de agujeros teniendo en cuenta que nos queden centrados. Luego, colocamos la pinza tal y como estaría el espejo.
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Ahora, dependiendo del tipo de soporte que nos guste para la pared, pues lo pintamos o no. En este caso, se queda en blanco como era originalmente.
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Por último, centramos el acordeón sobre el soporte, marcamos los agujeros donde vamos a situarlo (¡qué quede bien centrado!) y con los tornillos lo fijamos hasta que no se mueva.
Realmente, también se podría hacer sin la parte que consiste en añadir una placa, sin embargo, es muy recomendable. Sobre todo, si nuestra lámpara DIY finalmente va a ser muy utilizada, abriendo y cerrando el acordeón constantemente. Este tipo de sistemas, casi siempre acaban dando problemas si nos los cuidamos. Ya no de que se mantengan en una posición, sino porque con el uso, la fijación y los tornillos que van a la pared empiezan a moverse y es por eso, que mejor asegurarlos con una placa.
Este tipo de luz queda fenomenal si la utilizamos para hacer rincones. Por ejemplo, en medio de un pasillo donde tengamos una silla para descalzarse, por ejemplo. O bien, en una habitación cuando tengamos invitados (y no hayamos comprado hasta entonces alguna lámpara de mesita). Es decir, nos pueden quedar bien y ser útiles en muchos lugares de la casa y para diferentes usos, por lo tanto, no pueden estar mejor pensadas.
Además, no podemos negar que le da un aspecto estupendo y original, ¿verdad? Yo me imagino este pequeño flexo en el rincón donde trabajo en casa, y me encanta.
Vía | Poopytalk
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