Llega el fin de semana y se supone que tenemos un poco de tiempo libre --salvo los que estamos acabando de preparar mudanzas y poniendo orden en la casa-- así que si sois de los afortunados que podéis descansar y entreteneros, os propongo una sencilla manualidad: decorar un mantel con manzanas, casi literalmente.
Es realmente sencillo y el resultado es espectacular, logrando un mantel totalmente personalizado con el encanto y el placer de haberlo realizado uno mismo. Así seguro que ninguna visita te dirá que tiene uno igual en casa, salvo que los dos leáis Decoesfera, claro.
Veamos qué necesitamos:
- Una manzana de cuento. Grande, con una forma bonita, la pulpa intacta, libre de gusanos y sin pepitas.
- Pintura para telas del color deseado.
- Tijeras y telas, o un mantel de algodón blanco.
- Un pincel mediano.
- Además, necesitaremos un cuchillo afilado, papel de cocina y cartones o papel de periódico.
Con todo eso listo, vamos a empezar a decorar nuestro mantel con manzanas. En realidad, las imágenes hablan por sí solas, pero lo mejor es explicarlo paso a paso.
Primero escogemos el mantel o la tela que deseemos decorar, recortándola a la medida adecuada si fuera necesario. Podéis usar unas tijeras especiales que dejan un corte con dibujo, o simplemente un corte recto al que más adelante podemos hacerle un dobladillo.
Conviene asegurarse primero que las medidas son las correctas para la mesa que queremos cubrir; no hay nada más desagradable que un mantel de la medida inadecuada, que se salga en exceso por los bordes o se quede corto. Todo, por no haber hecho una comprobación a tiempo
Después, cortamos la manzana justo por la mitad con un cuchillo muy bien afilado, para que el corte sea lo más limpio posible y la pulpa quede plana y sin imperfecciones. Cuidado con el rabito, que queremos conservarlo. Si vemos que la manzana deja mucho jugo, deberemos secarla con papel de cocina, para que lo absorba.
Con la manzana y la tela listas, es el momento de prepararnos para pintar. Disponemos el mantel sobre una superficie plana, que hayamos protegido con cartones o papel de periódico. Pintamos la cara cortada de la manzana del color escogido con la ayuda de un pincel --incluido el rabito-- y vamos marcándola en el mantel, como si se tratara de un sello de tinta, volviendo a pintarla a cada vez.
Es muy importante que la superficie de apoyo del mantel sea plana, homogénea y que no ceda a la presión, porque si no, al ir a marcar la manzana, tendremos que hacer más fuerza o, peor aún, la pintura se impregnará de forma excesivamente irregular.
Repetimos la operación tantas veces como queramos, y con el patrón que más rabia nos dé --mi recomendación es que parezca aleatorio-- dejamos secar, y ya tenemos nuestro mantel decorado con manzanas listo para lucir sobre la mesa.
Me gusta el aspecto natural de la manzana en el mantel, con sus pequeñas imperfecciones y la textura que deja la pintura. Es posible que por mucho que dejemos secar y por muy buena que sea la pintura escogida, no aguante muchos lavados, pero dado lo poco que cuesta de hacer, no es un gran inconveniente.
Lo que sí es una pena es que no haya muchas frutas con una pulpa dura como la de la manzana para poder variar el dibujo. Ahora mismo sólo se me ocurre la pera, tal vez un melocotón ligeramente verde, y pocas más. Pero bueno, la manzana es una de las frutas más bonitas, y si eres fan de Apple, siempre puedes morderla antes de cortarla para hacerte un mantel de auténtico maquero.
Vía | Design Sponge Fotos | Jen Altman En Decoesfera | Decorar con washi tape: limpio, fácil y rápido
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