Las jarras decorativas siempre han estado muy presentes en Halloween. Será porque nos recuerdan a los laboratorios de las películas de terror, con humo emanando de su interior y, en el peor de los casos, algún cerebro en salmuera a la espera de ser transplantado.
Hoy os propongo rellenar las jarras de algo más clásico: insectos. A ser posible de los que generan repulsión, como las arañas y las cucarachas, pero dispuestos de tal manera que queden decorativos y le den a la casa un toque festivo sin que parezca una atracción de feria barata.
Simplemente vamos a necesitar jarras transparentes de diversos tamaños, que podemos conseguir a partir de botes de cristal de aceitunas —es un decir— o comprándolas en alguna tienda de menaje —luego podremos usarlas para guardar los macarrones, por ejemplo—, un poco de gasa, que se puede comprar en la farmacia o incluso en el clásico todo a cien, y, como no, unas cuantas arañas e insectos variados de goma, que seguro encontraréis en las mencionadas tiendas multiprecio.
Luego, simplemente deberemos colocar un poco de gasa dentro de cada jarra y repartir los insectos de forma que parezca que estén trepando por ella o, si tenéis el día juguetón, haciendo como si se escaparan de la jarra. Hay quien incluso utiliza cabezas de muñeca para colocarlas en el interior de las jarras, aunque eso probablemente roce el mal gusto, yo me quedo mejor con la idea de estas jarras decorativas para Halloween.
Vía | Design Sponge
En Decoesfera | Hazlo tú mismo: una calabaza de Halloween hecha con un viejo libro
Ver 1 comentarios