Hoy, en diario de a bordo, vamos a colocar estores en un gran ventanal, algo bastante sencillo, pero que hay que hacer con tino y cautela para no cometer errores que desluzcan el resultado final.
El lugar en el que se van a colocar es un ventanal en el dormitorio que comunica con un pequeño patio interior. Se eligieron estores en vez de cortinas porque al recogerse verticalmente, permiten no solo regular la entrada de luz, sino controlar la privacidad sin renunciar completamente a las vistas, aunque sea de las plantas del patio.
Lo primero, lógicamente, es comprar los estores teniendo en cuenta las medidas de la ventana. En este caso, como la ventana ocupa todo el ancho de la estancia, hay que cuidar especialmente este aspecto, ya que tenemos menos margen de maniobra al no tener pared libre a ambos lados.
Los materiales
Además de los estores vamos a necesitar unas herramientas y materiales básicos. Normalmente, junto con los estores y las fijaciones, suelen venir los tacos y tornillos necesarios para anclarlos a la pared, pero en cualquier caso con unos tacos del nº6 y unos tornillos a juego sería suficiente. Además, necesitaremos un taladro, un destornillador (eléctrico o normal), una escalera y la ayuda de otra persona.
La instalación
El proceso de instalación de los estores es muy sencillo, aunque hay que hacerlo con precisión, porque el sistema de sujeción de la mayoría se basa principalmente en la presión, y si colocamos las fijaciones demasiado separadas, corremos el riesgo de que se caigan en un tirón o un golpe.
Sabiendo esto, empezamos colocando una de las dos fijaciones en una de las paredes laterales. Para ello marcamos con un lápiz la posición de los agujeros y los realizamos con una broca del seis. Después colocamos los tacos y, por último, fijamos el anclaje con los tornillos.
Ahora nos subimos a la escalera, situamos el estor en su sitio, marcamos la posición del segundo anclaje y repetimos el proceso anterior para fijarlo en el techo o en la pared, según convenga, ya que admite ambas opciones.
Después volvemos a hacer lo mismo con el otro estor, empezando desde la pared opuesta y con la cautela de tomar una decisión importante; Salvo que los estores encajen en el hueco con precisión, lo normal es que sean más grandes, lo cual nos obliga a elegir entre solaparlos, para lo cual tendremos que separar ligeramente el segundo de la pared, o por el contrario cortarlo a medida, que es un poco más laborioso y además no deja un hueco entre ambos por el que se cuela la luz.
El resultado
Como se puede ver en la imagen, optamos por solapar lo estores, pues queríamos que el se cubriera completamente toda la ventana. Además, de esa manera se oculta uno de los tiradores —que no son demasiado estéticos— aunque la opción de colocarlos uno al lado del otro, aunque quede un hueco en medio, es igualmente válida.
Ahora que ya hemos colocado los estores en el gran ventanal, ya solo queda recoger las herramientas, limpiar un poco y disfrutar de los nuevos estores, que no sólo ayudan a regular la luz y aumentar la privacidad, sino que aportan una nota de color y calidez a la estancia, que lucía un tanto desangelada sin nada que endulzara el gran ventanal de aluminio.
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