La primavera es una estación que tiene algo muy especial: los colores. El invierno queda atrás y los cielos grises pasan a ser de un azul brillante, el campo comienza a teñirse de diferentes tonalidades y todos esos factores se reflejan en una actitud más positiva hacía lo que nos rodea.
Para llevar ese buen rollo de la primavera al interior de nuestro hogar y, en particular, a la habitación de los niños, podemos seguir los consejos de Ivana González Mena, de Menamobel, que asegura que los colores afectan a la percepción del espacio y que es fundamental elegir los colores adecuados para crear un entorno agradable que fomente el estudio y favorezca el juego.
Blanco, para iluminar los espacios pequeños
Empezamos con el blanco, el color por excelencia si lo que se busca es crear una mayor sensación de amplitud****. Este color utilizado en los muebles, es capaz de iluminar toda la estancia y hacer que una habitación pequeña parezca más grande. Multiplica la luz natural que entra por las ventanas en primavera, volviendo así los espacios más luminosos.
El blanco es ideal para un cuarto juvenil ya que ayuda a mantener el orden, pero, además, está comprobado que los tonos blancos transmiten paz, calma y emociones positivas lo que puede contribuir a fomentar el estudio.
Colores pastel, para crear espacios acogedores
Los colores pastel son una buena elección tanto para un cuarto juvenil como para una habitación infantil. Más allá de los tradicionales azul cielo para niño y rosa palo para niña, hay una amplia gama que se puede utilizar para decorar las habitaciones infantiles. Estos colores, aportan calma, contribuyen a crear un ambiente sereno y acogedor y no distorsionan el espacio.
Son colores ideales, por ejemplo, para una buhardilla con techos desiguales. Se pueden combinar distintos tonos para crear un efecto más alegre en la habitación, los tonos claros transmiten tranquilidad, colores perfectos para relajarse, conciliar el sueño y concentrarse a la hora de estudiar.
Colores vivos para fomentar la creatividad
Finalmente, las tonalidades vivas son más adecuadas para cuando los niños y las niñas empiezan a hacerse mayores. Entonces son ellos quienes quieren escoger los colores de su habitación y van muy acorde a su personalidad y a la etapa de la vida que estén atravesando. Los adolescentes desprenden energía por los cuatro costados y su habitación tiene que ayudar a reconducir toda esa energía y transformarla en creatividad.
En caso de decantarse por esta gama de colores es importante combinarla con blancos para compensar tanto color y aportar así más luminosidad al espacio. En estas habitaciones la iluminación juega un papel importante, por lo que hay que buscar aprovechar al máximo la luz natural y a ser posible utilizar reguladores.
¿Cuál es la opción de color que vosotros preferís para dormitorios infantiles o juveniles?
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