Mariposas hasta el techo en una pequeña habitación infantil

Esta mínima habitación infantil está emplazada en una estancia extremadamente pequeña, al menos la zona en la que descansa la cuna no goza de demasiado espacio, algo que para las necesidades de un bebé quizá sea una ventaja. A ellos no les van demasiado los espacios grandes, se sienten más seguros cuanto más recogido sea el ambiente.

Y hay que decir que esta habitación de bebé es una delicia en gran parte gracias a las mariposas que vuelan en sus paredes, describiendo una ordenada ruta que desvía la vista y nos distrae de las verdaderas dimensiones del dormitorio. Las mariposas destacan en rojo sobre las paredes blancas y limpias, un color de fondo sabiamente escogido, así como el contraste de color. Su vuelo llega hasta el techo, donde se unen en un baile de alas que da un carácter acogedor a la habitación.

Los elementos de la habitación son los imprescindibles, y están escogidos para no ocupar mucho espacio visualmente, no molestan a la vista y contribuyen a aligerar el impacto del pequeño espacio. La cuna, con los barrotes blancos, luce los extremos en color negro, que lejos de empequeñecer, de alguna manera delimita la zona de descanso. A su lado, y solapándose casi con ella, un cambiador que busca la discreción junto a un espejo en el que descubrir el mundo y esbozar las primeras sonrisas.

Un estante guarda varios peluches, y sobre la ventana, apenas cubierta por un ligero estor blanco, vemos unas flores en rojo suspendidas del techo que juegan con la luz y el aire del exterior. Por último, las paredes se rompen en dos gracias a un zócalo alto. Una habitación muy bien pensada, un lugar de tranquilidad y sueño, de estimulación y descanso.

Vía | Ohdeedoh En Decoesfera | Una buena idea: decorar la pared con mariposas