Sí, el frío ya está aquí. Es el momento de poner en marcha calefacciones, chimeneas, desempolvar las mantas para el sofá y hacerse con un buen edredón nórdico.
Esta prenda de cama, la solución más moderna y útil para combatir el frío por las noches, es agradable, ligera y muy versátil gracias a las fundas nórdicas que nos permiten cambiar el estilo de la habitación cuando queramos.
Pero, ¿cómo podemos saber qué tipo de nórdico nos conviene más? Para responder a esta pregunta y saber un poco más sobre esta prenda de cama invernal hemos estado con el equipo de La Mallorquina.
Dos calidades de nórdicos
Cómo pasa con los edredones, los rellenos nórdicos se podrían diferenciar en dos calidades: los de pluma y los de fibra sintética. Ambos tipos son más ligeros que los cubrecamas o los edredones, y se se adaptan muy bien al cuerpo, favoreciendo que se forme una cámara de aire que conserva el calor que desprendemos.
Para elegir el relleno nórdico que mejor se adapta a nuestras necesidades, tenemos que tener en cuenta el tamaño de la cama, la composición, el gramaje y la forma de confección.
Los nórdicos de plumas
Este tipo de nórdicos, conocidos como naturales, tienen un relleno que está compuesto por plumas de ave, normalmente de patos o gansos. El plumón o duvet es el copo, la parte más ligera de la pluma, y aporta la capacidad aislante y de transpiración.
Lo más aconsejable es que la confección de los mismos permita crear amplios cuadrados para formar cámaras de aire dentro del edredón con el fin de que todo el relleno se reparta proporcionalmente y no se formen zonas vacías que no aíslan.
Además, el mantenimiento del relleno nórdico de plumón es muy económico, ya que basta con airearlo a final de temporada, guardarlo en una bolsa de tela y lavarlo en seco antes de que cumpla cuatro años.
Este tipo de rellenos son también conocidos como nórdicos de fibra o microfibra. Este tipo de relleno son fabricados con tejidos suaves y ligeros, tratados para conservar la fibra interior en perfectas condiciones. La fibra está dispuesta para facilitar la circulación del aire y reducir la aparición de la humedad.
¿Y qué nórdico es el ideal para mi?
Los nórdicos tienen diferentes niveles térmicos, y aquí tenemos la clave para ver qué modelo es el que más se ajusta a nuestras necesidades, dependiendo del lugar en el que vivamos y lo calurosa que sea la casa.
Los nórdicos con relleno de 125 gr./m2 son ideales para zonas con temperaturas cálidas, o personas calurosas. También son muy aconsejables para los meses otoñales, meses en los que el frío todavía es poco intenso. Si la casa está acondicionada con calefacción (sobre todo si es central), también puede ser una buena elección.
Los nórdicos con relleno de 300 gr./m2 son perfectos para zonas con climas fríos o casas no condicionadas a la hora de dormir. Además, hay modelos como los nórdicos DÚO que están compuestos por 2 rellenos. Uno de 250 gr./m2 y otro de 125 gr./m2, unidos por corchetes que se pueden usar juntos o separados durante todo el año dependiendo del grado de calor que necesites.
Mantenimiento de los nórdicos sintéticos
Para conservar a la perfección los nórdicos sintéticos hay que airearlos un poco cada mañana para que pierdan la humedad acumulada por la noche. Siguiendo esta práctica solo tendrás que lavarlos una vez por temporada.
Para lavarlos, hay que tener en cuenta que pueden meterse a la lavadora, aunque hay que utilizar detergentes suaves y nunca a temperaturas altas. Además, hay que asegurarse de secarlo bien, ya que si queda algo de humedad en el interior pueden estropearse.
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