Cuando estamos de alquiler, cuando nos compramos nuestra primera casa, cuando nos mudamos y todavía no contamos con demasiados muebles, cuando tenemos poco presupuesto para una habitación de invitados, hay una solución que nunca falla a la hora de crear un cabecero lowcost en nuestro dormitorio: situar una balda sobre la cama. Luego, podemos pensar si nos apetece añadir (como en las imágenes) una estructura de cama o no (sin duda es un mueble que podremos poner posteriormente, tan solo debemos de tener en cuenta que queremos hacerlo a la hora de decidir la altura a la que pondremos la balda).
Para que este recurso sea todavía más impactante, podemos echarle un poco de imaginación al asunto, y pintar la pared donde la hemos colocado, en contraste. Es este caso la balda es tono roble y la pared va en grafito. Le da importancia a la habitación, al mismo tiempo que "amuebla" y la hace más acogedora, aunque prácticamente no disponga de ninguna pieza más de molibiario.
Cambiando la decoración con los elementos
Además, una de las grandes ventajas de poner una balda (aquí y en cualquier otro espacio de la casa) es que luego podemos cambiar a nuestro gusto los elementos que ponemos sobre ella. Variar láminas, detalles (como el pájaro de los Eames), cuadros con diferentes marcos... Lo que cuenta es que es una pieza muy, muy versátil que nos dará mucho juego, sin que el gasto se dispare. ¿No estáis de acuerdo?
Vía | DoorSisteen
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