Apuesto a que no soy la única que nunca ha tenido un televisor en su dormitorio. En determinados días, como por ejemplo, cuando uno está enfermo y se queda acostado todo el día, se echa algo de menos, pero normalmente al menos yo, no me acuerdo de él en absoluto. Aunque a mi no me guste mucho la idea, es lógico pensar que un televisor incorporado a la cama puede tener ventajas e inconvenientes.
A muchos el televisor les ayuda a dormir, para ellos esta opción será excelente, aquí el televisor a los pies de la cama les queda en una posición inmejorable para ver una película o su serie favorita. Pero yo creo que hay mejores maneras de invocar a Morfeo y que un televisor a los pies de la cama, provoca más bien el efecto contrario al deseado, podemos engancharnos a lo que estamos viendo y tardar en dormir mucho más de lo que hubiésemos querido.
Además a nivel estético es algo horroroso. El televisor ya no queda muy bien cuando se cuelga de la pared que está frente a la cama, pero saliendo directamente de ella queda todavía peor. Y para que el televisor quepa dentro de la cama esta tiene que ser más grande de lo normal, ocupando bastante más espacio en el dormitorio.
La ventaja que yo le veo a este en concreto es que el televisor se oculta en el interior del pie de cama cuando no lo estamos utilizando. Es decir solo se extrae en el momento en el que se quiere ver algo. Así al menos no queda a la vista durante todo el día, sino que solo estará al descubierto en momentos determinados.
Vía | Xataka Home
Más información | Storage Beds
En Decoesfera | Un televisor en la puerta del armario
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