No es que trabajar desde cama sea algo habitual en mi vida, pero en algún momento puntual, como por ejemplo, alguna mañana de fin de semana algo perezosa, algún día de invierno muy lluvioso y frío o estando algo enferma como para salir, pero no tanto como para no poder trabajar un poco con comodidad… si que reconozco que he instalado mi oficina en el dormitorio y en particular en la cama.
En principio uno piensa que pueda ser muy cómodo, sin embargo, si no disponemos de algunos accesorios que nos faciliten la tarea, puede resultar un tanto engorroso, el primer problema empieza por disponer de algún lugar donde apoyar el portátil que no sean las rodillas, los diseñadores han pensado en ello y nos proporcionan soluciones buenas tanto para nosotros, como para el propio portátil.
En un soporte adecuado el ordenador ventila mejor y se calienta menos además de resultar más cómodo para nosotros el utilizarlo porque el apoyo es más estable, los hay incluso antideslizantes, para evitar que el portátil se nos resbale entre las sábanas, sobre todo si lo dejamos a nuestro lado por un momento para cabecear, además del soporte para el portátil que sin duda es lo básico, hay otros accesorios que también pueden ser de ayuda.
Me he fijado por ejemplo en el bolsillo lateral que veis bajo estas líneas, se trata de un pequeño sistema de almacenaje textil que se puede colocar en el borde de la cama, también se podría ubicar en el sofá, y en el que podemos guardar alguna otra cosa que estemos utilizando, un libro, una revista, el propio cargador del portátil… Es verdad que para eso también puede servir la mesilla de noche, pero algunas se quedan demasiado pequeñas.
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