Siempre me ha gustado el efecto visual de los gradientes de color, muchas veces los vemos en la propia naturaleza, en la vegetación de verdes, y también marrones y amarillos en otoño, en el cielo, azules en verano, colores cálidos al atardecer... pintar con gradiente es más complicado sobre pared, hay que ir cambiando los tonos y para que el efecto sea bueno hay que tener un poco de arte, pero hay formas más sencillas.
Esta mesa, table gradient, de Paul Lobeach, nos lo pone muy fácil, está formada por varias tablas y cada tabla en un color, sólo hay que elegir los tonos de la misma gama que combinen bien y no se maten, desde el más oscuro hasta llegar el blanco, en particular el azul muy adecuado para el verano, un color fresco, que siempre nos recuerda al agua, siempre una buena opción.
Paul nos ha dado la idea, pero en realidad algo así podemos hacerlo por nosotros mismos, si tenemos en casa algún mueble de características similares, y sino también podemos fabricarlo, pero pintar es lo más fácil, elegimos el color de nuestra elección, buscamos los tonos para componer el gradiente, y a pintar, además para pintar madera, de pintura de aceite venden botes muy pequeños, no habrá que malgastar, también podemos partir del tono oscuro e ir añadiendo cada vez mayor cantidad de blanco.
Vía | Stilsucht Más información | Paul Loebach En Decoesfera | Una buena idea: pintar la habitación infantil con franjas multicolor
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