Siempre me han gustado las reglas de madera, y eso que ya crecí en la época del plástico y el metraquilato, pero cada vez que veía una, la quería para mi estuche. Así que si alguna vez tengo niños, me encantaría medir como crecen mis hijos con estas enormes reglas vintage.
Vale, sí, me habéis pillado, no son vintage, sino retro, porque son nuevas al estilo de como se hacían antes, pero no sé por qué, le pegaba más ese adjetivo. Quizás por el aspecto ligeramente descuidado que le da la madera apenas tratada o simplemente por los recuerdos que me evoca, pero en cualquier caso una preciosidad mucho más elegante que ir apuntando la altura en el marco de la puerta o en la pared.
Fabricadas en el Reino Unido con madera de roble, estás reglas gigantes (miden hasta 190 centímetros) están disponibles en tres acabados: lavado, normal y oscurecido. También se puede escoger el sistema de unidades entre el internacional (en metros), el imperial (en pies) o en una que combina ambos, que es mi preferida, pues así eran mis reglas de pequeño.
Estas reglas vintage para ver como crecen nuestros hijos cuestan unos 110 euros al cambio (95 libras esterlinas) y por otros 18 euros (15 libras) podemos personalizarlas con el nombre de nuestros retoños o el apellido familiar. Lástima que yo ya no crezca más y mi cobaya lo haga solo a lo ancho y no a lo alto.
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