Los taburetes tienen la ventaja de que al no tener respaldo ocupan menos espacio que las sillas y se pueden guardar debajo de las mesas, pero para sentarse cómodamente a leer o descansar durante un largo rato a mi no acaban de convencerme. Sin embargo para hacer algo que no lleve demasiado tiempo sí que me parecen suficientes, yo en mi casa tengo algunos.
Si podemos convertir una cosa en la otra, la silla en taburete o viceversa, y si además ese taburete viene con mesa incorporada para trabajar, entonces la combinación puede ser casi perfecta, esa es la idea de este mueble de Matali Crasset, se trata de una silla aparentemente bastante cómoda en la que sentarse, pero que en momentos puntuales se puede convertir en un pequeño escritorio de trabajo.
Como veis el respaldo de la silla se puede colocar en posición horizontal, entonces nosotros debemos sentarnos desde el lado contrario y podremos aprovecharlo cómo mesa, perdemos el respaldo, por eso digo que para mi la función principal es la de silla. Pero en un momento dado la minimesa nos puede sacar de más de un apuro.
Para espacios en los que no se suela trabajar, pero se haga de vez en cuando puede ser una buena opción, incluso se me ocurre que algo similar se podría utilizar en salones de actos en los que a veces se dan charlas, donde la gente sólo tiene que escuchar, y otras veces cursos interactivos en los que puede venir bien una superficie de apoyo.
Vía | Dezeen Más información | Matali Crasset En Decoesfera | Flat Fish, otra silla y mesa multiposición
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