Decía Ramón Gomez de la Serna que "el reloj no existe en las horas felices", nada más cierto, pero no cabe duda que los relojes no sólo son instrumentos útiles que controlan nuestra vida, sino singulares protagonistas de la decoración durante todos los tiempos. Ya estén vivos o muertos, siguen teniendo un lugar preferente en nuestras casas.
Las esferas antiguas XXL se han convertido, desde hace años en un objeto de deseo, codiciados como un tesoro y los relojes de madera, sobrios de estilo inglés, ya sean de sobremesa o de pie están demandados en anticuarios y ferias. Por no hablar de esos relojes heredados, de familia, alfonsinos o isabelinos españoles que nos hacen suspirar recordando la casa de los abuelos o la del campo en vacaciones.
Depende de cómo los pongas, los relojes antiguos, o parte de ellos, pueden combinar perfectamente en la decoración moderna. No hay nada que personalice más una casas que introducir elementos diferentes y hay que saber fusionar estilos para que el resultado sea cálido y decorativo, después de todo estamos hablando de un hogar, no de un museo, ni anticuario.
Me ha sorprendido lo bien que han conseguido este efecto en algunos de los castillos visitados este verano en mi recorrido por Inglaterra y Escocia. Muchas de las visitas turísticas han sido a castillos habitados durante parte del año, que se abren al público mientras sus dueños disfrutan de sus vacaciones en las costas españolas, francesas, italianas o en Saint Barth (mientras españoles, italianos y franceses visitamos sus castillos).
Las tv de plasma y las fotos de familiares actuales se integran a la perfección en castillos del siglo XV con armaduras, tapicerías de petit point y alfombras decimonónicas... y siempre con relojes.
Relojes con movimiento, relojes con autómatas, relojes con guarnición, relojes de maderas nobles, relojes en forma de capilla, relojes de bronce de tamaño espectacular, relojes con guarnición, relojes con esmaltes, con secreto, con caja de caoba, con las pesas al aire, relojes despertadores clásicos, relojes pintados, relojes con columnas, esferas esmaltadas con incrustaciones de oro, de madreperla, de piedra, relojes de sol y hasta relojes de arena.
De todo tipo, de todos los tiempos y en cualquier estado. Reconozco que me encanta el tic tac de los relojes, darles cuerda (a veces saltarles la cuerda...) me encanta ver los relojes por detrás, ver el movimiento relaja y sorprende. Es una pena que se esté perdiendo un oficio artesano como el del relojero, quedan pocos y no siempre los encuentras, pero los anticuarios siempre saben quien puede poner en marcha esas pequeñas máquinas del tiempo que nos llevan a un pasado en que se veían pasar las horas sin tanto agobio.
Creo que hay relojes, o partes de relojes para todos los gustos y para todas las decoraciones. ¿Os animáis a poner un reloj especial en vuestra vida y en vuestra decoración?
Imágenes | Pinterest y Maria SJB En Decoesfera | El tiempo entre...relojes
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