Los estantes de obra, cuando son un par de ellos y pequeños, son más decorativos que funcionales. No se suelen utilizar para almacenar cosas, sino más bien para colocar algún que otro adorno; aunque si fuese necesario, en un momento dado, se podrían usar también para guardar objetos en el espacio que nos ofrecen.
Sin embargo con los de las imágenes de este artículo no hay esa opción, los estantes de obra de estas fotos sirven única y exclusivamente para decorar porque tienen truco, en realidad no existen, ni ellos ni los adornos que parecen tener colocados. Solo se trata sólo de una ilusión óptica creada con papel pintado.
La fotografía digital y la mejora de la calidad de la impresión y de los efectos tridimensionales, permiten crear complementos decorativos como este que representan un objeto real de forma casi perfecta. Habría que acercarse mucho o casi tocar para darse cuenta de que estos estantes en realidad no existen en la pared.
La ventajas de utilizar algo como esto son únicamente estéticas, pero en ese sentido podemos destacar, por un lado el decorar la pared con algo más original que el clásico cuadro y por otro el darle más profundidad a la estancia que con el efecto de los estantes que penetran en la pared puede llegar a parecer incluso más grande.
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