Siempre me han encantado las jaulas antiguas de madera y metal, con sus barrotes finitos y sus formas caprichosas de pagoda. Una reminiscencia del colonialismo europeo que nos trajo esos preciosos modelos orientales para que adornaran los salones y los invernaderos como si del ruiseñor del Emperador se tratara.
Personalmente no me gustan los pájaros encerrados, me gustan las jaulas vacías pero parece, a juzgar por la cantidad de jaulas que he encontrado, que la obsesión por rellenar las jaulas de todo tipo de objetos es increíble y traspasa las fronteras de lo imaginable.
Las sillas o sillones jaulas no son precisamente bonitas, la verdad es que esta sentado dentro y sentirse Piolín mientras espera al lindo gatito es todo uno, aunque quizá en una terraza o jardín tengan un espacio en el que sean perfectas, pero no me convence ni el diseño, si la sensación de estar cumpliendo condena.
Desde incomodísimas lámparas ya que hay que meter la mano por la puertecita de la jaula para dar al interruptor, hasta juegos de té de porcelana inglesa, la gente mete cosas de lo más variado en las jaulas. Hemos visto flores, relojes (¿para atrapar el tiempo?), libros (¿una manera de condenar la literatura?) o utilizado como mueble-bar o bodega (esta broma es demasiado facilona).
Sin embargo si me ha gustado la idea de utilizar las jaulas como colgadores o percheros son originales y no abultan, ya que uno de los principales problemas de las jaulas es que ocupan muchisimo espacio, además son decorativas y funcionales.
Jaulas si, jaulas no ¿qué enjaularías tú?
Imágenes | Pinterest En Decoesfera | Una jaula para tu vino