El bobo es el punto más fácil de hacer, por el que se empieza cuando se cogen las agujas por primera vez. Tosco y con pocos matices, es despreciado en comparación con otros puntos más complicados y bonitos. Pero a mí siempre me ha gustado, quizá porque lo miro con la ternura que se dedica a los incomprendidos. Por suerte, el punto bobo vuelve a los cojines para instalarse tímidamente en las tendencias de decoración.
Tejido con agujas gruesas, da como resultado grandes superficies hechas en muy poco tiempo, con una trama verdaderamente interesante. Los cojines que veis en la imagen están realizados de esta forma, y son piezas llamativas por sí solas, en las que el color resalta favorecido por el relieve. Dan ganas de zambullirse en un mar de cojines hechos en punto bobo, algo que no es demasiado fácil de conseguir aún siendo aprendiz en las artes del tejido.
De distintos tamaños y formas, desde el cuadrado hasta el rulo, tan solo hay que conseguir agujas y lana gruesas en distintos tonos y ponerse manos a la obra, tejiendo una superficie rectangular o cuadrada, aportando un relleno y cosiendo los bordes cuidadosamente. No aptos para ambientes clásicos, aportan un toque desenfadado allá donde se dejen caer.
Vía | Apartement Therapy
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